Gesta de permanencia
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, avisan en las ficciones para sortear demandas. Igual que también lo es cualquier parecido entre el Espanyol mediocre de Barbastro, Girona o Bilbao con el formidable equipo de este inconmensurable sábado noche ante el Real Madrid. Y la cuestión es que son los mismos jugadores, exceptuando los recién llegados Roberto y Urko, quien por cierto parecía llevar toda una vida en blanquiazul.
Además de contar con un seguro de vida como Joan García, supo el conjunto de Manolo González ser solidario, sacrificado, paciente, desacomplejado, veloz a la contra, sufridor... Y matar el partido cuando parecía impensable, con el gol de un Carlos Romero que de rozar la expulsión pasa a entrar en la historia perica, dejando a los blancos a cero como este curso tan solo había logrado el Barcelona (¿cuál es ahora el filial?). Necesitaba alguna gesta para salir del descenso, y aquí la tiene.
Supo en definitiva jugar al límite el Espanyol, tal como exige un rival tan rebosante de colosos, entre Vinicius, Mbappé, Rodrygo, Bellingham y todos cuantos quieran sumar. Y como lo exigirá cualquier adversario para alcanzar la permanencia. Este es el camino. Y más si tiene de su lado un ambientazo como el que se vivió en el RCDE Stadium. 23 puntos. 23, qué número tan perico.
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