García Pimienta, en el alero
La derrota en el derbi y cómo se produjo aumenta las dudas sobre la continuidad la próxima temporada del técnico catalán, discutido ya dentro del Sevilla.
La tardanza en los cambios y la falta de respuestas, dentro el campo y también en el banquillo del Sevilla, durante el derbi ante el Betis ponen la figura de Xavi García Pimienta en la picota. El técnico catalán se ve obligado a trabajar con una plantilla que contiene evidentes carencias, denunciadas algunas por él mismo en momentos de la temporada. Pero su capacidad para liderar el proyecto también es puesta en duda por gente de peso en el club.
Esas denuncias de Pimienta ya provocaron más que tirantez con la directiva y con el director deportivo Víctor Orta a principios de febrero. Pero todo parecía haberse reconducido con algunas victorias que trajeron tranquilidad deportiva. Caer contra el Athletic y, sobre todo, ante el Betis, resucitan cierta falta de confianza en el entrenador.
Pimienta tiene al equipo mucho mejor clasificado que las dos últimas temporadas. Ahora mismo, el 11º y con 9 puntos todavía sobre la zona de descenso. A falta de 9 jornadas, solo un cataclismo parece poder convertir en peligrosa la permanencia del Sevilla esta campaña, con lo que al menos se habrá evitado el sufrimiento de otros años. Y Europa sigue permaneciendo cercana y barata.
Pero la competencia del equipo nunca ha dejado de estar entredicho. Tras sucumbir ante el eterno rival, sin capacidad de reacción durante toda una segunda mitad, el recelo es aún mayor. El Sevilla ha flaqueado en la estrategia y no parece tener un claro patrón de juego. Aunque compite muchas veces, tampoco el oficio se ha convertido en algo habitual de un equipo, cierto, que adolece de experiencia en la mayoría de sus líneas.
García Pimienta renovó una campaña más de las inicialmente firmadas, hasta 2027, nada más ganar su segundo encuentro, ante el Valladolid, en un movimiento de la directiva considerado extraño por casi todo el entorno del club. Pero no son pocos los que ahora ven ya como un error aquel volantazo. El propio técnico catalán no sabe si seguirá en la 25-26 a pesar de que lo tiene firmado. El siguiente, para la 2026-27, es opcional por las dos partes.
Caer ante el Betis repleto de impotencia marcará de alguna forma el destino del entrenador barcelonés, que dispone todavía de 9 jornadas para que todo se calme o, por el contrario, empeore. Si mejora la clasificación y es capaz de pelear por puestos que den derecho a competición continental su continuidad ganará enteros. De hundirse o estancarse, marcharse del Sevilla parecerá la solución más evidente.
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