Fran García: “Venir al Rayo fue la mejor decisión, me lo llevo en el corazón”

Este Mallorca-Rayo cierra el ciclo. Es Alfa y Omega para la ‘era Iraola’, de la que Fran García (Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, 14 de agosto de 1999) ha sido protagonista. La ilusión puede con la nostalgia. Allá por enero se concretó su regreso al Real Madrid y cumplirá así su sueño de niño, de cuando jugaba con su hermano en el garaje, de cuando la imaginación no le daba para lo que la realidad le deparaba. Aunque antes de hacer las maletas, al lateral zurdo —criado en La Fábrica— le queda una misión, la de meter al Rayo en Conference. Lo conseguirá si gana en Son Moix, Osasuna y Girona empatan entre ellos y el Athletic no vence en el Bernabéu. Una carambola factible. El defensa apunta al once ya que es el franjirrojo que más minutos ha disputado (el 99,7% del total) y el jugador de campo que más lo ha hecho en Primera, donde se ha consagrado. Finalmente, De la Fuente no lo incluyó en la lista, pero su nombre ha estado en todas las quinielas para la Selección. Llegará. Al igual que lo han hecho el resto de sueños...

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—¿Ve factible entrar en Conference? ¿El vestuario tiene fe?

—Es complicado, pero se nos ha puesto mejor de lo que pensábamos. Debemos ganar y, a partir de ahí, a ver si tenemos suerte con los otros resultados. Es el último arreón antes de irnos de vacaciones. La gente tiene ganas y la esperanza de hacer algo grande.

—Ya sólo llegar a la última jornada liguera con opciones, ¿es un triunfo?

—Sí. Hemos ido in crescendo estos años. En el primero se consiguió el ascenso, en el segundo llegamos a la semifinal de Copa y en éste hemos mantenido el sueño de Europa vivo hasta el final. El balance es bueno.

—Hablando de balance, ¿qué nota le pondría al Rayo este curso?

—Si entramos en Europa le doy un 10 y si no, un 9. Por el broche de oro final, aunque el sobresaliente lo tiene seguro.

—Ahora uno echa de menos algunos puntos de los que se han quedado por el camino...

—Eso pasa siempre, aunque no nos podemos reprochar nada. Quizá no hemos sacado puntos en partidos asequibles, pero sí en escenarios muy complejos. Hemos sacado resultados que no esperábamos.

—¡Es incombustible! ¡Sólo se ha perdido once minutos esta Liga! Ni el hombro le ha doblegado...

—Le doy las gracias al cuerpo técnico por la confianza que ha depositado en mí desde que llegué. También Surf y Sergio me han ayudado mucho en el gimnasio. Y los compañeros. Me hace feliz saber que el trabajo tiene su recompensa. Un jugador siempre va a tener molestias y debes aprender a convivir con ello. Mi umbral del dolor es alto. No he tenido situaciones que me hayan perjudicado a nivel físico.

—Lleva dos goles: Atlético y Barça.

—He dado en el clavo por mi pasado madridista y por el sentimiento de emular al Rayo Matagigantes. Ese del que se hablaba cuando yo ni había nacido. Estoy contento por ser partícipe de un equipo que ha actualizado la leyenda. Son dos goles diferentes, pero si tengo que elegir me quedo con el del Barça porque nos dio la victoria (2-1). Además, nos insufló mucho aire para seguir arriba.

—¿Qué es Iraola para usted?

—Mi padre deportivo, siempre le estaré agradecido porque ha sido la persona que me ha dado la oportunidad de dar el paso a profesional. Él me dio confianza, tranquilidad... cuando venía de un Segunda B y llevaba sin jugar, por el COVID, desde marzo hasta septiembre.

—Se marchan Iraola, Comesaña, Catena, usted... suena a fin de ciclo.

—Sí. Han sido tres años muy bonitos. Creo que hablo en nombre de todos si digo que ha sido una etapa muy gloriosa para el Rayo y hay que valorarla. Estoy contento y orgulloso por haber formado parte de esto y ojalá le siga yendo bien. Aunque yo me vaya, tendré la Franja en mi corazón.

—¿Qué recuerdo es el más especial que se lleva?

—¡El ascenso! Era mi primera temporada como profesional y conseguir subir, como lo hicimos, remontando... Dimos el do de pecho, teniendo pocas opciones y demostramos que el Rayo es muy grande y puede hacer cosas muy grandes.

—¿Y qué momento ha sido el más duro?

—Dos, quizá. La racha de la pasada temporada, cuando estuvimos trece partidos sin ganar, que parece que pones todo en tela de juicio. Aunque, para mí, la peor época fue la de la rodilla (sufrió una rotura parcial del ligamento cruzado a finales de noviembre de 2020 de la que se recuperó en 19 días). Sólo de pensar en la noticia que me podían dar... me entró el canguelo. Me ayudaron los doctores del Rayo y del Real Madrid, porque entonces estaba cedido; Carlos Gavín, que es mi cirujano de confianza; y Raúl González, que lo tuve la temporada anterior en el Castilla. Él vivió algo similar cuando estuvo en el primer equipo y me dio su opinión. Con toda la información tiré hacia delante y no fue tan mal...

—¿Qué es lo que más le ha sorprendido del Rayo?

—La forma en la que se vive. Ese sentimiento puro que hay por la Franja. Somos una familia en el vestuario, pero también tenemos mucha cercanía con la gente. Son cosas que no las ves en ningún otro sitio.

—¡Ahora se separan los García!

—Ellos se ríen, pero no se lo digo de coña. No me voy muy lejos, así que les avisé de que me llamen si hacen alguna comida o quedada. Yo seguiré viniendo. Cuando me plante aquí no se van a reír tanto. Alvarito es un tío increíble, de los pies a la cabeza, aunque no seamos muy grandes (risas). Me llevo muchos amigos. Ha sido un placer enorme haber compartido vestuario con ellos.

—¿Qué sintió en su despedida con Vallecas?

—Fue especial. Termina una época importante para mí.

—¿Qué ha cambiado del Fran que llegó al Fran que se va?

—Me ha ayudado mucho a crecer tanto a nivel personal como futbolístico. Vine siendo un niño y me voy más maduro.

—Las despedidas duelen menos cuando el otro se va a cumplir un sueño.

—Nunca lo he ocultado. Soy una persona clara y sincera. Vine a demostrar que estoy preparado y que puedo dar ese paso que todo canterano del Madrid sale a buscar. El trabajo está ahí. Los números también lo reflejan. Por suerte, he tenido la oportunidad de que el Madrid cuente conmigo para la repesca. Hay que seguir trabajando.

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—Llega el momento de dar el salto. ¿Da vértigo? ¿Motiva?

—Tengo más ganas e ilusión que otra cosa. Me he ido curtiendo estos tres años y ahora se trata de disipar esas dudas que pueda haber. Soy joven y tengo que seguir aprendiendo cada día.

—¿Con quién se reencontrará?

—Coincidí con Fede en la Youth League, con Vinicius en el Castilla, con Rodrygo... Cuando debuté con el primer equipo estaba esa misma columna vertebral. Aunque cambien los jugadores, la filosofía de juego es la misma. Eso se va a mantener siempre.

—Ancelotti dijo de usted: “Tiene mucha energía. Es rápido con el balón, ataca muy bien. Es un perfil muy bueno y va a estar con nosotros”.

—(Risas) Bueno, coincido un poco con él en que soy un jugador de mucha repetición de esfuerzo, tengo mucho fuelle. Esa es una de las virtudes que debo intentar aprovechar. Esa va a ser la idea. Haré lo que estoy haciendo hasta ahora y lo que me ha llevado hasta allí. Quiero aprovechar esta oportunidad.

—¿Cómo fue aquella llamada de Xabi Alonso que precipitó la decisión del Madrid?

—Me sentí orgulloso de recibir aquella llamada. Ves que el trabajo sembrado en el día a día da sus frutos. Precipitó esa decisión del Madrid y me puse contento porque vi que el club no me había perdido la pista. Ha seguido mi proceso en el Rayo. Recibir la llamada de Xabi, un icono del fútbol, me dio fuerza para seguir haciendo las cosas bien.

—Mario Suárez dijo que se quedaba... y salió mejor que lo de Piqué con Neymar.

—Estábamos con la coña de que lo iba a gafar (risas). Nada, lo teníamos claro. Le dije, me acabas de matar con la foto, pero es una muestra del buen rollo que tenemos en el vestuario.

—¿Cómo está Bolaños con su regreso al Madrid y con que su vecino sea uno de los jugadores de moda?

—La gente está contenta y tiene ganas de que algún paisano suyo llegue al Real Madrid. Hay muchos vecinos madridistas a los que les gustaría ver ese paso.

—¿Firmaría que el próximo año el Madrid gane la Liga y el Rayo se meta en Europa?

—Yo firmo para que se meta este año ya (risas). Me iría con una alegría extra. Me marcho, pero voy a ser un rayista más de corazón. Es un orgullo enorme haber pertenecido a este club. He verificado todo lo bueno que me decían. La afición es increíble y su sentimiento se contagia. Eso es muy bonito para quienes estamos dentro.

—Compléteme dos frases. Venir al Rayo ha sido...

—El paso correcto. La decisión correcta para seguir creciendo.

—Y la Vida Pirata es...

—¡El mejor cántico que hay!

—¡Su nombre siempre está en las quinielas para ir con la Selección, pero no llega el premio!

—Tuve la suerte de ir a las categorías inferiores y sé lo que es defender a tu país, pero tener la opción de hacerlo en la Absoluta sería algo increíble. Ya estar en la prelista fue más que un premio. Hay que seguir trabajando.

—¿Se merecía algún jugador de este Rayo estar en la lista?

—Este grupo es increíble y hay jugadores muy buenos que podían haber entrado. Es verdad que el Rayo no tiene tanta visibilidad, pero el mérito está ahí.