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BARCELONA

Fermín no es flor de un día

Sus números ante el Sevilla, espectaculares: fue el jugador que más pases completó en el último tercio del campo (16) y el que más balones recuperó (7) sin ser titular.

Fermín, en una acción ante Sow.
PAU BARRENAAFP

Fermín López (11-5-2003, El Campillo, Huelva) ya no es sólo la estrella que nació en el estado de Texas con su golazo en el Clásico de pretemporada al Madrid. Su sueño no durará sólo una noche de verano. Lo confirmó su partidazo ante el Sevilla, impactante. Siendo suplente (salió por Raphinha pasada la media hora por la lesión del brasileño), fue el jugador que más balones recuperó en el Barça (siete, uno más que Gündogan y tres más que Gavi) y el futbolista que más pases completó en el último tercio del campo (16, con más de un 84%). Para el recuerdo, dejó un control con giro orientado fabuloso dentro del área que no pudo completar con gol con su pierna izquierda; y un regate a Joan Jordán burlándole de tacón que se hizo viral al momento.

Fermín no se había ido después de la gira por Estados Unidos. Prudentemente, estaba esperando su momento. A finales de agosto había renovado su contrato hasta 2027, cláusula incluida de 400 millones de euros. Pero le tocaba aguardar. Romeu, De Jong, Pedri, Gündogan o Gavi estaban por delante de él. Hasta Raphinha jugó de titular como interior este viernes antes que él.

Aceptó su rol con humildad, al punto de pedirle a Xavi bajar a jugar con el Barça Atlètic. Con cero divismo, y pese a que podía, como Pablo Torre el curso pasado, borrarse del filial, quiso jugar. La cosa, eso sí, salió mal. Fue expulsado contra el Nàstic y se llevó un buen disgusto, porque además se perdió una jornada. Pero el viento le ha cambiado pronto. En Mallorca, le cambió al aire al partido junto a Lamine. Y contra el Sevilla fue un jugador sencillamente imparable. Un todoterreno capaz de recuperar balones, jugar seguro al pie, ir al espacio con inteligencia táctica para abrirle espacios a Lamine y Cancelo. Y también llegar.

“Tiene que creérselo”, insistió Xavi después del partido contra el Sevilla, como si quisiese decirle públicamente al jugador que confía en sí mismo, que en la autoestima que se tenga puede estar la clave de su carrera. El andaluz es una apuesta personal del entrenador, que quedó gratamente sorprendido este verano después de que la temporada pasada casi no tuviese tiempo de verlo entrenar cuando salió cedido al Linares. Sin minutos en el B, y con cierta ‘saudade’ de su tierra, Andalucía, el préstamo en el equipo jiennense le vino de perlas: marcó once goles y participó en trece en 19 partidos. En Linares, además, su físico terminó de hacerse. Y ese salto le permitió que saliese a la luz todo el talento que lleva dentro y que había tenido que exprimir mientras era menos fuerte que el resto de chicos.

La soleada California terminó de alumbrar el talento del onubense. “Me ha sorprendido Fermín”, dijo Pedri en uno de los primeros días de trabajo en el Memorial Coliseum de Los Ángeles. Empezó a circular el runrún de que, efectivamente, en esos primeros entrenamientos después de superar ese virus que obligó a cancelar el partido contra la Juventus, Fermín estaba destacando. Y sucedió. El obús que atravesó a Courtois le dio el pasaporte a la fama. Sin embargo, Fermín no tiene todavía el impacto de Pedri o Gavi. Ni lo pretende. Tiene un perfil más anónimo en el que se siente bien. Se prodiga poco. En Estados Unidos, encontró en Gavi, que como él había llegado a La Masia procedente del Betis, un buen anfitrión y alguien en quien sentirse protegido. Los dos mantienen una buena relación. Xavi ve en él algo distinto. Considera que tiene un talento que le hace especial (“es un futbolista que me gusta. Tiene llegada, último pase, tiro, juega con las dos piernas y lo ve”). Y quiere apostar por él. Pero también necesita que el futbolista se lo crea y se convenza de que puede establecerse en la élite. Para eso, nada mejor que la presencia de jugadores humildes pero descarados como Gavi. Y, sobre todo, veteranos como Lewandowski o Gündogan, que sepan guiarle.

Fermín, ya se contó este verano, es un culé de base. Su tío lo introdujo en el Barça y creció en El Campillo (Huelva) admirando a Messi e Iniesta. Cada Barça-Madrid, de hecho, era un Clásico familiar. Su hermano Juan Antonio es madridista, pero a él siempre le tiró el azulgrana y por eso apostó por su sueño. Después de pasar por las canteras del Recreativo y del Betis, se fue a Barcelona avalado por Pep Boada, entonces responsable del área de captación del club azulgrana.

Con apenas 20 años, es su momento. Las lesiones de Pedri, De Jong y Raphinha le han abierto una puerta y no quiere que se cierre. A día de hoy, tiene opciones reales de ser titular en Oporto porque el Barça jugó realmente bien y podría jugar al lado de Gündogan y Gavi en el centro del campo; incluso formando parte de un cuadrado que dejaría fuera a João Félix si Cancelo juega de interior. Fermín no es flor de un día.