Falta Inglaterra, resucita Brasil
Vinicius y Rodrygo han hecho ‘clic’ aprovechando la ausencia de Bellingham. Contra el Braga y el Valencia crearon directamente en seis goles. Han vuelto.
En ausencia de Bellingham, paso adelante firme de Vinicius y Rodrygo. Encasquillados en el 0-0 contra el Rayo, la semana fantástica de la samba llegó al Real Madrid. Entre ambos manufacturaron seis de los ocho goles del equipo blanco al Sporting de Braga en la Champions y al Valencia en Liga. Sólo el tanto de Brahim a los portugueses y el de Carvajal a los che no contó con Vini o Rodry como cooperadores necesarios. Han vuelto.
Hace unos años Sergio Ramos acudía a un ejemplo gráfico para reducir la presión sobre Asensio en un tramo especialmente espeso del balear. “Hay que meterle menos piedras en la mochila y que disfrute”, fue la receta del camero. Rodrygo empezaba a sentir ese peso, invisible para el resto, de una manera agobiante sobre sus hombros. En Braga vació algún cascote con ese gol 870 minutos después, pero la Liga era un camino de espinas, con 39 remates consecutivos sin poder echarse un gol a la boca.
Hasta que apareció el Valencia en el Bernabéu. Vinicius estaba extramotivado y Rodry, al que considera casi como su hermano, no le dejó en la estacada. Es más, cada vez forman una pareja menos asimétrica en cuanto a aportación al gol. Rodrygo catapultó a Vini como hacía en años anteriores Benzema y también se ocupó de sí mismo. Doblete de Rodrygo y dos asistencias (ambas a Vinicius) para convertirse en el primer jugador de esta Liga que participa en cuatro tantos en un mismo partido. La confianza está de vuelta.
El dueto brasileño ha disparado hasta el cielo sus números esta semana. Antes de hacer clic contra el Braga sus cifras eran preocupantes. Vinicius, por mucho que hubiera tenido una lesión de un mes, apenas andaba en tres tantos y dos pases de gol. Rodrygo, aún menos, en dos dianas y una única asistencia. Bellingham cargaba con el equipo. Pero la ausencia forzosa del británico ha reactivado a los dos principales delanteros del equipo. El 7 madridista ha hecho en estos dos últimos encuentros los mismos goles (tres) que en los 11 partidos anteriores. El 11 blanco literalmente ha doblado sus registros. Sumando lo del Braga y el Valencia ha sido un atracón para él: tres goles y dos asistencias. Y sobre todo, la devolución a Ancelotti de la fe que ha mantenido el técnico durante la mala racha de Rodrygo. La paciencia, y de eso el italiano sabe mucho, suele dar dividendos.
La manera de lanzar esa mochila por el barranco y perderla de vista era una noche dulce en el Bernabéu. El gol es el fin, pero faltaba también el Rodrygo más disfrutón durante el camino. También apareció en este 5-1 con dos regates de esos que se clavan en la retina.
El truco de Rodrygo
El primero rivaliza en viralidad con el que se sacó de la manga Bellingham en el 0-0 contra el Rayo. Mientras que al inglés fue zidanesco, a Rodrygo se le leyó hasta el ordem e progresso de lo brasileño que fue el suyo. Una acción en la que jugó al ‘¿dónde está la bolita?’ con cuatro valencianistas y que fue dos maravillas en una. Con la primera le escondió la pelota a Canós, en la segunda la puso lejos del acoso de Javi Guerra por detrás y de Pepelu y Mosquera por delante con un pase lateral sin mirar que pilló a Vinicius comiendo palomitas en primera fila y en fuera de juego. Gabriel Paulista, que se escapó de ese póster, fue posterizado en la segunda diana de Rodrygo, en la que le hizo un recorte en seco que dejó a su compatriota desarmado. Incluso fue objeto de un penalti, ignorado por Sánchez Martínez...
“Ahora volvemos a ser el Rodrygo y el Vinicius que la afición quiere ver”, amenazó después el 11 madridista. Bellingham, en el palco de jugadores con su madre, se lo pasó bomba. Ya no está solo.
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