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ATLÉTICO DE MADRID

Esperando al De Paul que fue líder de la selección albiceleste

El argentino vuelve tras conquistar el Mundial, el objetivo que le condicionó el primer tramo del curso. Los aficionados quieren ver en el Atlético el futbolista que se destapó con Argentina.

De Paul celebra el título que ganó con Argentina.
De Paul celebra el título que ganó con Argentina.KIRILL KUDRYAVTSEVAFP
AStv

El Mundial le sirvió al Atlético para tomar notas de sus jugadores y, además, se cargó de buenas razones para presumir. Por ejemplo, que tiene en su plantilla a tres campeones del mundo. Son Nahuel Molina, De Paul y Correa, que regresarán el miércoles a los entrenamientos tras concederles el club un par de días libres más. Los argentinos no llegan a tiempo para la cita del jueves con el Elche y, liberados de la presión de llegar a Qatar y ofrecer allí su mejor rendimiento, tendrán que dar continuidad después a lo visto con la albiceleste. El futbolista bajo el foco es, concretamente, Rodrigo de Paul, quien más cambia según sean azules o rojas las franjas de la camiseta.

La presencia del Mundial a mitad de la temporada ha condicionado a muchos futbolistas durante el primer tramo. Y De Paul, entre unas cosas y otras, no ha estado a la altura de lo que prometía cuando llegó al Metropolitano, por 35 millones de euros, como flamante campeón de la Copa América. Solo algunos partidos buenos e interesantes detalles de calidad, pero sin continuidad y con muchos encuentros en los que ha sido intrascendente y un foco de balones perdidos. Sin embargo, a la afición le escama aún más que cuando va con Argentina parezca verse a otro De Paul. Y a este se le espera para la segunda mitad de su segunda temporada en el Atleti.

Para Scaloni es una pieza fundamental. Es, de hecho, el futbolista al que más ha utilizado en la selección. Sin embargo, en este Mundial también le costó al centrocampista. Su primera fase fue pobre. “Jugó en modo Atlético. Apagado, poco claro, con escasa dinámica”, publicó Clarín sobre su actuación ante Arabia. Es decir, incluso en su país advierten que hay dos versiones de De Paul. En aquella derrota, dejó una hoja de méritos preocupante: sin disparos a puerta, sin regates, sin centros acertados, con 23 pérdidas de balón y un 75% de pases acertados. Pero desde entonces fue a más y cuajó unas eliminatorias notables.

De Paul salió de Qatar, por ejemplo, como el tercer futbolista con más pases (539), tras el español Rodrigo (684) y Otamendi (575). A veces en el centro y a veces caído hacia la derecha, fue también el mejor de Argentina en recuperaciones, en pases en campo contrario, en esprints, en acciones de presión... La comparación es concluyente: si en Liga roba un balón cada 22 minutos, en el Mundial lo hizo cada 14; de 27 pases en campo contrario por partido con el Atleti a 36 en Qatar... Simeone confía en él, quien además cuenta a su favor con que apenas se lesiona, mientras que hay compañeros que cada poco tienen que parar por esa razón, como Lemar.

El desafío está claro. De Paul tiene que ser importante con el Atlético como lo es para su selección y su amigo Messi. El centrocampista, como Nahuel, se ha liberado y el Cholo y la afición esperan lo mejor en la fase decisiva de la temporada. Tras la adaptación y el Mundial, no hay excusas para ver de rojiblanco al De Paul de Argentina, a quien el club y la afición están esperando.