Entre la presión y la depresión
El Baby Valencia busca una victoria crucial ante un Madrid sin objetivos, pero dolido. Benzema aún persigue el pichichi. Baraja remienda la zaga.
Si la Liga hubiese comenzado cuando Rubén Baraja llegó al Valencia, el equipo sería ahora noveno, puesto en que acabó con Bordalás la campaña pasada, con 17 puntos en trece jornadas y a solo cuatro de puestos europeos. Pero el técnico heredó una situación crítica de la que aún no ha salido pese a que en la jornada pasada se produjo una conjunción astral muy favorable: victoria propia en Vigo y derrotas de todos sus compañeros de fatigas (Cádiz, Getafe, Valladolid, Espanyol y Almería). En esta le ha ido peor por los triunfos de Almería y Cádiz. Hoy le visita el Madrid, con su depresión postraumática y con nada que ganar, pero con la obligación moral de no abandonarse hasta el sonrojo en la Liga (sigue el partido en directo en AS.com).
Caído Gattuso, el club entendió que solo desde el corazón era posible la reacción del equipo. Lo intentó con Voro, parche que siempre cerró las vías de agua, pero esta vez no salió. Y entonces tocó la tecla sentimental de Baraja, leyenda del Valencia, en el que como jugador ganó dos Ligas, una Copa, una Copa de la UEFA y una Supercopa de Europa. Baraja nunca ha estado más de un año en un equipo como entrenador, pero conocía la casa y conocía Mestalla, el verdadero batallón de rescate. “Yo lo que quiero es transmitir lo que sentía cuando estaba dentro”, dijo el día de su presentación.
Con subidas y bajadas, casi al ralentí, el equipo ha ido saliendo de cuidados intensivos con un volantazo acusado en las últimas cinco jornadas, en las que solo perdió un partido. De las alineaciones han ido desapareciendo jugadores casi intocables, como el internacional Guillamón (ni un minuto en los últimos seis partidos) o Castillejo (34 minutos en las cinco jornadas más recientes), y otros que habían comenzado a despuntar, como Fran Pérez o Jesús Vázquez. Baraja ha optado por una terapia tradicional en tiempos de crisis: la cantera.
La cantera tira del carro
Javi Guerra, 20 años, formado en la academia del Villarreal durante diez años y fichado por el Valencia en su segunda temporada de cadete, lleva seis partidos consecutivos, dos como titular, y un gol crucial ante el Valladolid. Seguido por Madrid y Barça, el club le renovó hasta 2027 y le impuso una cláusula de 100 millones. Hoy será titular como mediocentro junto a Nico González, uno de los cinco cedidos del equipo, recurso habitual en un club muy reacio a invertir.
Diego López, 20 años, asturiano, formado en Mareo, con pasos fugaces por las canteras de Madrid y Barça y dos años de estancia en el Mestalla, ha tenido minutos en los últimos cinco partidos. Le dio una asistencia a Kluivert en Vigo.
Alberto Marí, 21 años, alicantino, estudiante de Magisterio, hijo de un guardameta del Hércules, donde se inició, con aprendizaje en las academias de Valladolid y Eibar, llegó hace dos años al Mestalla. Metió el gol de la victoria en Balaídos y ya le discute la titularidad a Cavani, que ha desaparecido tras el Mundial. El último gol del uruguayo en Liga data de diciembre de 2022. Esa apuesta por los jóvenes le ha dado resultado a Baraja y la llevará hasta las últimas consecuencias.
Hoy tendrá que remendar mucho la defensa. Paulista y Diakhaby, centrales titulares en los dos últimos partidos, están sancionados. Así que el técnico tendrá que tirar de Özkacar y Cömert, la pareja que ya se midió al Madrid en la Supercopa, con victoria de los de Ancelotti en los penaltis. En la Liga no le ha ido bien al Valencia con ellos: una victoria y cinco derrotas. El resto estará disponible, incluyendo a Correia y Cavani, que han cumplido castigo, más Samuel Lino, el jugador cedido por el Atlético que ha resultado el verdadero remolque del equipo. Ha marcado siete goles, ha dado tres y ha participado en el 53% de las dianas del equipo.
La irregularidad de Karim
El Madrid llega al partido con la cabeza en el mercado y sin más objetivo que mantener la segunda plaza y buscar una salida honorable a un mal curso en la Liga. El día después de la eliminación en la Champions siempre es el más duro del año y con esa depresión llega.
Ancelotti, presumiblemente, dará descanso a Kroos o Modric, incluso a los dos, y pondrá a Benzema, al que aún le queda el consuelo de arrebatarle el pichichi a Lewandowski, aunque también esto lo tiene difícil. Sus registros han estado por encima de las sensaciones. Suma 29 goles entre todas las competiciones, cifra muy similar a las de sus cuatro temporadas anteriores excepto la última, donde llegó a los 44. Sin embargo, su peso en el equipo ha decaído notablemente. En el último mes y medio ha hecho diez goles, pero los ha concentrado en cuatro partidos. En la eliminatoria frente al City no existió.
En cualquier caso, no solo se han venido abajo los veteranos. Tchouameni es una sombra tras el Mundial, Valverde (12 tantos) no marca desde el 18 de febrero, Militao ha concentrado en el último mes todas las distracciones del curso y Rodrygo resultó irrelevante en el doble duelo con el City. Solo Vinicius y Courtois han sido excepcionales de principio a fin.
Será el tercer partido del curso entre ambos equipos y el Valencia ha presentado en cada uno un técnico diferente: Gattuso en la Supercopa, Voro en el Bernabéu y Baraja esta noche. Ancelotti juega sin pistas.