Entre el susto y la muerte
El Celta puede meterse en un buen lío si pierde contra el Valencia, ya sin margen de error para salir de la zona roja. Baraja, problemas arriba. Carvalhal, a recuperar el mejor nivel de los suyos.
El miedo es la angustia por un riesgo o un daño real o imaginario. El pánico es un miedo extremado o muy intenso, y que a menudo es colectivo y contagioso. En estos momentos, son las palabras que mejor definen la situación de Celta y Valencia, respectivamente. Los vigueses tienen cinco balas para matar al fantasma de Segunda, los chés ya no pueden desperdiciar más pólvora, cada vez hay más penumbra en el túnel del terror (sigue el partido en directo en As.com).
La tranquilidad vence ligeramente al miedo a orillas del Lagares porque hay margen de maniobra y existe un cómodo colchón. Sin embargo, noventa minutos pueden ser suficientes para que irrumpa la ola más tenebrosa. Una derrota ante el Valencia subirá la fiebre a Carvalhal, meterá al Celta en el lío. Precisamente eso es lo que busca Baraja, meter más vagones en la cola para librarse del descarrilamiento.
En el bando local, toda la fe está puesta en Aspas. Nada ha cambiado en los últimos diez años, el moañés sigue siendo la bandera, el escudo y la camiseta de un Celta que se entrega a la zurda mágica en estos momentos delicados. Atraviesa por un bache, es cierto, pero siempre aparece en los días señalados. Y este lo es. También es buen momento para que Gabri Veiga levante la cabeza, dé un paso al frente y demuestre que es uno de los mejores jóvenes del continente. O para que Carles Pérez confirme su buena segunda vuelta. Los que no estarán, o mejor dicho estarán en la grada, son Aidoo y Javi Galán, dos puntales que dejan la defensa tambaleando.
Más problemas tiene el Valencia con las ausencias, no obstante. Cavani, sancionado, Marcos André, lesionado y Hugo Duro, tocado. Baraja sueña con el gol perdido. Quizás lo encuentre en los canteranos Javi Guerra, Diego López y Alberto Marí. Los héroes acostumbran a nacer en los momentos más drámaticos, que se lo pregunten a Aspas. Como sea, el Valencia está obligado a ganar. Es la diferencia entre el susto y la muerte.
