En el Valencia 17 días dan para mucho
Baraja, con una gira por México de por medio, focaliza la atención de sus jugadores en el partido contra Las Palmas tras dos semanas de ruido externo.
El Valencia jugó su último partido el viernes 4 de octubre, un empate contra el Leganés. Ese día acabó con Rubén Baraja, Pepelu y Canós dando explicaciones a los aficionados presentes en Butarque, cuyos reproches forjados por el hastío social en el que habita el valencianismo les llevó a ver vacía una botella que Baraja prefería verla medio llena (portería a cero y primer punto lejos de Mestalla). Los días transcurridos desde entonces son un ejemplo del ruido externo que rodea al vestuario y del que Baraja trata de aislarlo.
Baraja esa noche en Leganés salió en defensa de sus futbolistas, consciente de que son ellos los que tienen que sacar al Valencia del atolladero deportivo en el que está metido. “No es momento de matarles”, dijo el técnico a las decenas de aficionados que les abroncaron en la puerta del autobús. La victoria del Real Valladolid en Vitoria le da si cabe más transcendencia al encuentro del lunes contra Las Palmas, porque ahora en Mestalla se enfrentarán penúltimo contra último.
Este partido vivirá en los prolegómenos una manifestación, otra más, contra la gestión de Peter Lim. Nada que atente o apunte al equipo, aunque otro síntoma más de la tensión que sobrevuela Mestalla. Ésta manifestación tiene su razón de ser en una de tantas situaciones anómalas que directa o indirectamente salpican el día a día del Valencia: la retención en Singapur de un matrimonio que se fotografió, y compartió en redes sociales, con una bandera de “Lim go home” en diferentes puntos de la ciudad asiáticas y pegó pegativas de “Lim out” en el domicilio particular del máximo accionista del Valencia.
En las últimas dos semanas, mientras Roberto Martínez desembarcaba en Las Palmas y disponía de dos semanas completas para conocer y trabajar con sus nuevos jugadores, la actualidad del Valencia ha mirado hacia Singapur por el matrimonio al que la policía les requisó los pasaportes, hacia el Ayuntamiento de Valencia por el proyecto de Ejecución del Nuevo Mestalla, hacia México por la gira exprés del equipo (24 horas de viaje, 48 horas en Puebla), hacia Finlandia por las pruebas a las que se sometió Gayà para recibir el alta y hacia el mundo entero por la presencia del Valencia CF SAD en la lista de clubes susceptibles de ponerse a la venta que manejan intermediarios y fondos de inversión.
Los lunes son malos días para Valencia y Las Palmas
El Valencia-Las Palmas cierra la jornada porque así lo solicitó el club blanquinegro a LaLiga, que accedió a concederle más días de descanso tras el viaje a México porque el interés de que estuviera allí era mutuo. Lo cierto es que no es un día que a ninguno de los dos equipos le traiga buenos recuerdos. Como apunta Opta, el Valencia solo ha ganado uno de sus últimos siete partidos disputados como local en lunes (4 empates, dos derrotas), mientras que Las Palmas ha perdido cinco de sus últimos seis jugados fuera de casa ese día en la competición.
El Valencia, es su sino, tiene un imán para los problemas. Por h o por b, los dos parones de selecciones, el de septiembre y el de ahora octubre, no los ha podido aprovechar el cuerpo técnico para trabajar como quisieran y necesitaba el equipo. Cabe recordar que en el primero, el de septiembre, Baraja quería aprovechar los compromisos internacionales para poner en forma física a los fichajes que le llegaron a última hora: Enzo Barrenechea, Dani Gómez y Germán Valera, si bien, esas dos semanas (y alguna más) estuvo condicionada por el caso Rafa Mir, un jugador que sigue de baja sin fecha de vuelta.
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