En el nombre del padre

Para Eder y Xabi será su segundo asalto. La revancha tras aquella fase de ascenso a Segunda. Tras aquel 2-1 de mayo de 2021, donde la Real Sociedad B tumbó al Andorra en semifinales. Un zarpazo en la prórroga dictó sentencia. El preludio del ascenso del Sanse. El primer gran éxito del tolosarra, su primera gran obra. Pero la rivalidad Sarabia-Alonso comenzó antes. Mucho antes. En concreto, en 1979. Entonces, Manu y Periko disputaron su primer derbi vasco. Uno de tantos. Un cara a cara que se repitió en 20 ocasiones. El kilómetro cero de una rivalidad que renace, 46 años después. En el Martínez Valero, Sarabia-Alonso. Capítulo 22. Los hijos, en el nombre de sus padres.

Fue el reflejo de una rivalidad, la de Athletic y Real Sociedad. Eterna. Siempre latente, siempre presente. Pero pocas veces tan competitiva como entonces. Como en la etapa en la que Periko ejercía de pulmón txuri-urdin. Un centrocampista físico, pero con llegada y un cañón en la pierna. El motor de la mejor Real de la historia. La etapa donde Manu era el mago de Bilbao. Un zurdo adelantado a su tiempo, todo imaginación. Un diez que, con balón, era un 10. Ambos internacionales con España. Dos futbolistas icónicos que representaron un antagonismo icónico.

Las últimas ligas

Entre 1981 y 1984, los éxitos del fútbol español se escribían en vasco. Madrid y Barça, a la zaga de Athletic y Real. Lo fueron en la 1980-81 y la 1981-82, donde el trono liguero fue txuri-urdin. También en la 1982-83 y la 1983-84, cuando fue el rugido del león el que se puso la corona. De San Sebastián a Bilbao. Los dos únicos campeonatos de la Real y los dos últimos del Athletic llegaron así, de manera consecutiva. Con Periko, que se llevó 10 de esos duelos en los que marcó cuatro tantos, y Manu, que se embolsó cuatro (seis empates) con cinco dianas, a los mandos.

No todo fueron derbis

Una veintena de encuentros, pero no todos derbis. Porque Periko, tras alzar su segunda liga (conseguida al ganar al Athletic, 2-1, en la última jornada) y disputar el Mundial de España, puso rumbo al Barça, a cambio de 70 millones de pesetas. Y los últimos cuatro los disputó con el Sabadell, donde colgó las botas. Manu, en cambio, sí jugó todos con los colores del Athletic. Porque en sus tres últimas temporadas, en el Logroñés, no se topó con el centrocampista de Tolosa.

La Roja y los últimos coletazos

Como tampoco lo hicieron como internacionales. Ambos lo fueron, pero se solaparon. Primero, Periko, más veterano (1 de febrero de 1953). Debutó en 1980 y, tras el Mundial, no volvió a vestir La Roja. En total, 20 internacionalidades (un gol). Mientras que el contador de Manu, que se paró en 15, comenzó en 1983 y duró hasta 1985.

Una rivalidad que comenzó en 1979. Que dejó partidos para la memoria, como el triunfo copero de la Real en febrero del 82 gracias a Arconada y a los errores bilbaínos, a pesar del tanto de Sarabia. Que escribió su último episodio sobre los terrenos de juego en 1988. En un triunfo del Sabadell ante el Athletic (3-1). Que tuvo un reencuentro en los banquillos en la 1995-96, con Periko al frente del Eibar y Manu del filial de Athletic. Y que ahora vive su versión contemporánea. Con un duelo de pizarras. Con un enfrentamiento entre dos amantes de la posesión y la presión. Con el segundo asalto entre Eder y Xabi. De padres a hijos. Sarabia-Alonso, capítulo 22.

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