“En EE UU se valoró mucho lo que hizo el Madrid contra el City”
Carlos García fue central en el Almería de Emery y campeón Sub-16 con Iniesta y Torres. Hoy es asistente en el Chicago Fire y analiza con AS la evolución del fútbol en EE UU y la visita blanca.
Carlos García Badías (Barcelona, 1984) salió de la cantera del Espanyol y luego militó como central en Almería (con Unai Emery), Poli Ejido, Betis o Maccabi Tel Aviv, antes de retirarse en el Alanyaspor turco. A sus 40 años, los banquillos son ahora su sitio, en concreto el del Chicago Fire de la Major League Soccer (MLS) como asistente del primer entrenador, Frank Klopas. Se sienta con AS para analizar la evolución del fútbol en el siempre complicado mercado de los deportes americanos y la visita del Madrid a tierras estadounidenses.
¿Cómo ha terminado en Chicago?
Fue curioso, había terminado en el Udinese (allí fue asistente técnico) y mi idea era entrenar, decidí ir a casa y esperar una oportunidad. Y un día viendo el Girona-Celta nos encontramos allí al seleccionador de EE UU (Gregg Berhalter), estuvimos hablando de fútbol, intercambiamos teléfonos y a las dos semanas me dijo: “Oye Carlos, ¿te interesaría la MLS? Mi amigo Frank (Klopas, primer entrenador en Chicago Fire) necesita a alguien. Dije que sí, hablé con Frank, y me pareció una buena oportunidad para mí y para mi familia, es una liga en expansión, vivir aquí con mis hijas, con lo que eso les puede ayudar… Todo encajaba, era una buena opción.
¿Y qué le pareció el nivel del fútbol aquí, al llegar?
No está al nivel de Europa aún, el deporte en EE UU es un espectáculo, a la gente le duele ganar o perder, claro, pero va al estadio a tener un buen día. En el béisbol se ve claro, se es menos resultadista que en Europa. Y eso en el día a día lo notas. Las propiedades tienen más paciencia, como no hay descensos el valor de las franquicias es más estable. Eso se nota en las decisiones. Y en Europa, nosotros jugábamos en todas partes, sólo necesitabas un balón y un par de piedras para hacer las porterías. Aquí los niños y niñas tienen que pagar, no es tan accesible. Hay muchas academias, todas privadas, y eso limita un poco.
Y la competencia con los deportes americanos puros: el fútbol americano, el béisbol, el hockey sobre hielo…
Antes era una cosa más europea el fútbol, ahora la gente está más aficionada. El fútbol americano es lo que más tira, todo está siempre vendido, pero el fútbol está a buen nivel, se están haciendo estadios, la liga está creciendo y el sistema favorece que un equipo que no entra en play-off el año siguiente pueda ser campeón, hay muchos campeones diferentes. Eso acaba enganchando, que tu equipo sea campeón. El formato es más vistoso, a lo mejor no es lo más justo, pero es así. Puedes ser el mejor en la liga regular y luego en el play-off no serlo, al final eso al espectador le gusta más.
Y en Chicago, más competencia. Aquí están los Bulls, los Cubs, los Bears, los Blackhawks…
Hay una base, pero no estamos a ese nivel, seguro. Ese es el objetivo de la franquicia. Atraes más gente cuando ganas. La gente no se hace de uno que pierde, a nosotros igual nos viene más de familia. Pero sí metemos unas 20.000 personas en el estadio, ya es una base. Queremos más, claro, pero no está mal.
Que no haya descensos ni ascensos, ¿no limita la ambición, la intensidad del jugador?
A mí me gusta el sistema de España, siempre tienes algo por lo que luchar. Yo lo echo en falta, porque es lo que he vivido. Pero como propietario, entendería que el valor de mi franquicia esté asegurado. A nivel deportivo, yo pondría descensos y ascensos. Lo hace más competitivo.
El Mundial es en dos años. ¿Nota que se está haciendo un esfuerzo para dar la talla?
Que la selección lo haga bien tiene mucho que ver con la academia, que lo hagan bien, que vayan sacando jugadores competitivos que puedan ir a Europa. La MLS cada año implementa nuevas normas para elevar el nivel. Y al final el jugador es otro trabajador más, quiere vivir en Estados Unidos, pero los salarios tienen que ser mejores si quieres tener jugadores competitivos, también para tener a los mejores americanos. Ahora han inventado la Leagues Cup para hacernos competir con los equipos mexicanos, con clubes de un nivel diferente, y eso ya es una señal de lo que busca la MLS para aumentar el nivel.
A nivel de salarios, la competencia con Arabia Saudí no existe. La diferencia es enorme, los jugadores vigentes se van para allá.
Esa competencia, la de Arabia o lo que era China, es difícil de afrontar. Lo puedes hacer en algunos puestos, los de DP (Designated Player, es decir, jugador franquicia), ahí puedes pagar lo que quieras. Pero no se paga tanto porque no ven que ese sea el camino. Se usó en su día a Beckham, Ibra, gente que vino para darle visibilidad a la liga, y lo que ha hecho Messi aquí ha sido bestial. Pero la combinación es jugadores contrastados y jóvenes con talento. A día de hoy a nivel de salarios no puedes competir y muchos jóvenes prefieren ir a Europa para jugar la Champions. El mercado que tenemos muy abierto es el sudamericano, como paso intermedio antes de ir a Europa, les ayuda a dar el salto. Almirón (del Newcastle) fue un ejemplo. Y algunos que vienen aquí para acabar volviendo a Europa, es más difícil, pero también sucede. Hoy, no somos competencia para un equipo español, o italiano. Pero para un equipo belga, a lo mejor sí.
¿Se busca al entrenador español, quizás por los éxitos de la Selección?
Si la Selección gana, nos beneficiamos todos. Pero a nivel formativo, España está a un nivel muy alto. Cuando sales fuera, te das cuenta. Y tenemos interiorizada una forma de jugar, luego hay rasgos. Está el valor más absoluto, que podría ser el Barça de Pep, pero hemos visto al Andorra de Sarabia, al Girona de Míchel… Entendemos el fútbol de una manera. El cómo ya lo encontraremos, pero el qué lo sabemos. Eso les llama la atención.
¿Qué es el efecto Messi?
Yo llegué un poco después que él, pero lo que dicen es que donde juega Miami, está todo vendido. Y camisetas, suscripciones, merchandising… Cuando se ha lesionado, ha habido problemas, porque estaba todo vendido y él al final no iba a jugar. No iban a ver a Miami contra Chicago, iban a ver a Messi. Espero que le queden muchos años, pero la gente sabe que cada vez es menos, y quiere aprovecharlo. Ha habido un efecto y eso nos arrastra a todos. Que jugadores como él, como Alba, como Busquets, hayan elegido la MLS, es muy importante. Seguro que todos tenían la opción de ir a Arabia, pero la MLS ha sabido ser atractiva para ellos.
Madrid y Barça siguen apostando por Estados Unidos, con el Mundial a un par de años.
Hay mucha gente que se está aficionando al fútbol por esto, por ver a equipos europeos de cerca y eso aumenta luego el consumo de fútbol local. Esos niños luego quieren ver más fútbol. El fútbol europeo es lo que más atrae, ver a tus ídolos de cerca, un Madrid-Milan, un Madrid-Barça… La Premier de momento tira un poco más, sus horarios son algo mejores, y hay mucha influencia del fútbol británico. El Madrid es un buen ejemplo de lo que hablábamos: es capaz de variar el cómo, pero el qué, que es ganar, lo sigue haciendo. Aquí se le dio mucha importancia a lo que hizo contra el City, un equipo tan grande que tuvo que ponerse a defender a ese nivel y lo hizo, con esa entrega. Se resaltó mucho. Si esos jugadores saben jugar esos momentos así… Todo el mundo quiere ganar fácil y tener el 100% de posesión, pero saber competir así… El Madrid compite en cada escenario. Fue un ejemplo para todos. Sacrificarse por el bien común.
Usted fue campeón de Europa Sub-16 en 2001, con Torres en plan estrella. ¿Qué recuerda de aquello?
Teníamos un grupo muy bueno, y eso que se nos lesiona Iniesta en el último partido de la fase de grupos. Torres, a la semana, juega en Albacete y mete aquel gol (su primero con el Atleti), siendo juvenil de primer año. Aquello nos ayudó a todos, fue inolvidable.
Y luego en el Almería coincidió con Emery. ¿Se imaginaba que acabaría con una carrera como la que está teniendo?
El que diga ahora que se lo esperaba… pues que nos dé el número de la lotería. Pero se veía que era muy bueno, con mucha personalidad, era muy intenso, pero sabía llegar al jugador. Te hacía hacer las cosas con gusto, porque sabías que te hacía mejor. Así, hacías sesión de vídeo con más gusto. Al final, a ese nivel tienes que ser obsesivo, no puedes dejar nada al azar. Si no lo son ellos, que lo sean los de su alrededor. Él era así, pero también muy positivo. Tu jugabas en corto y él quería que jugases en largo, y te decía: “Muy bien… pero en largo, era la hostia”. Y ya te estaba diciendo algo positivo. Me alegro muchísimo por él, fue una pena disfrutarlo sólo dos años. Su carrera habla por sí misma.
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