En busca de su propio Simeone
Espanyol, Valencia, Chelsea... En tiempos de crisis, los clubes buscan para el banquillo un perfil que, además de ser válido como entrenador, genere consenso social y estabilidad por su pasado.
Cuando vienen los problemas, mejor acudir a alguien de confianza. Así lo ven también los clubes de fútbol, sobre todo cuando, además de la crisis deportiva, hay ya cierto runrún social. Y así lo pensó el Atleti a finales de 2011, cuando para sustituir a Manzano fue a buscar a Simeone. Un técnico con muy poca experiencia en Europa, pero cuya figura generaba consenso entre la afición y mucha ilusión por lo que fue como jugador. La apuesta salió redonda. Ahora, muchos equipos persiguen a ‘su Cholo’, esa leyenda que aporte estabilidad a los cimientos y que canalice toda la energía a favor del equipo. Los últimos son el Valencia, el Espanyol y, en Inglaterra, el Chelsea, que sentará en el banquillo —por segunda vez— a Lampard, mito con más de 600 partidos con la camiseta blue.
Ahogados por la clasificación, todos ellos han optado por la clásica vía del cambio de entrenador. Esta misma semana, el Espanyol ha presentado a Luis García como sustituto de Diego Martínez en el banquillo. El asturiano era el técnico del RSC Internacional, segundo filial del Real Madrid, en Tercera RFEF, pero el club perico buscaba un revulsivo para templar los ánimos de una grada bastante harta. Por lo pronto, la hinchada recibió al nuevo míster, quien fuera su delantero entre 2005 y 2012, con la pancarta: ‘Luis García, contigo a muerte. Juntos salimos de esta’. Este jueves ha habido otro baño de masas. Ahora toca que la apuesta venga acompañada de resultados, pues el Espanyol está en descenso.
Semanas atrás fue el Valencia quien, en una situación desesperada, agitó el banquillo y Gattuso se marchó. En Mestalla la situación es incluso más tensa, pues la brecha entre la afición y la propiedad se abrió hace años y no para de ensancharse, con el añadido de que esta temporada el equipo sí siente la amenaza del descenso. Y desde el club no se conformaron con una leyenda, sino que tienen dos en el banquillo: Baraja y Marchena. El primero fue jugador del Valencia durante una década (2000-10) y el segundo, un año menos (01-10); juntos conquistaron cinco títulos. Ahora el reto es más peliagudo en la que es la primera aventura del Pipo en Primera tras haber dirigido a cinco equipos en Segunda.
A Luis García y a Baraja les transmitieron cariño a su llegada desde sus respectivas aficiones. En el Atlético, aún se recuerda también aquel entrenamiento de Simeone, en las Navidades de la 11-12, con miles de colchoneros en las gradas del Calderón entonando el ‘ole, ole, ole, Cholo Simeone’. Todo un espaldarazo al nuevo técnico y un aviso también a los jugadores de que la hinchada estaba con el entrenador. Los jugadores, que tenían al equipo en mitad de tabla y recién eliminado de la Copa por un Segunda B, estaban en entredicho y tenían que remar.
Chelsea, Espanyol y Valencia son los casos recientes, pero no los únicos. Baraja, sin ir más lejos, hizo referencia recientemente a la Real Sociedad de Imanol como un modelo a seguir por el Valencia. El técnico txuri-urdin jugó 131 partidos con la Real. Como entrenador, saltó del filial donostiarra como apagafuegos hasta que optaron por darle confianza en 2018. El equipo no ha dejado de crecer desde entonces, aunque en su caso la crisis del club no era como la de estos otros.
Xavi, el técnico del futuro anticipó su llegada
Sí había un buen incendio en Barcelona cuando, hace ahora año y medio, fue despedido Ronald Koeman —leyenda azulgrana a su vez—. El equipo marchaba en la zona media de la tabla y, de inmediato, todas las miradas se volvieron hacia Xavi Hernández, técnico del Al Sadd de Qatar. El entrenador del futuro, aún con escasa experiencia, tenía que acelerar su llegada porque la familia azulgrana lo necesitaba. Laporta lo fichó y el binomio sigue vigente, con algunos sobresaltos, como las eliminaciones europeas o el KO copero, pero con un rumbo mucho más estable y conquistando títulos.
La fórmula es cada vez más recurrente. No se busca solo la validez como entrenador, sino algo más. Un carisma, un pasado, algo que sirva como estímulo para todas las patas del club: la plantilla, los despachos, la afición… Una figura de consenso que genere entusiasmo, incluso aunque venga acompañado de inexperiencia. La apuesta que ejecutó el Atlético en 2011 y de la que todavía saca provecho hoy. Mejor de lo que en ese momento cualquiera imaginaba. Y ahora cada vez más despachos buscan a su propio Simeone…