El Villarreal acusa el golpe de Llaneza
Si hay una imagen icónica de José Manuel Llaneza para los aficionados del Villarreal, es la del vicepresidente a la entrada de la Diagonal de Barcelona esperando a los autobuses que trasladaban a los 10.000 seguidores que invadieron la ciudad en el partido decisivo ante el Barcelona B, uno en el que su Villarreal se jugaba el ascenso a Primera. Ese domingo, Llaneza acudió a pie de avenida para recibir a su gente bufanda en mano. Su pasión era el Villarreal y su gente, por eso estaba el primero agradeciendo el apoyo en ese momento importante.
Esta noche, en el día en el que nos ha dejado, su Villarreal jugó otra vez en Barcelona, pero esta vez ante el Barça. Una vez más y van veintitrés, el Villarreal jugaba en uno de los campos más importantes del mundo, y lo hace por sus méritos. Llaneza fue el primero en ver que lo de competir en los mejores escenarios era posible, cuando para el resto era una broma. Por eso, era el primero en celebrar con un brindis cada vez que su equipo se aseguraba estar un año más en entre los mejores, con la permanencia en el bolsillo.
Anoche, pocas horas después de conocer la noticia de su fallecimiento, su Villarreal estuvo triste, depresivo y tiró por la borda el partido en una primera parte para olvidar. Seguramente, el Submarino acusó el golpe anímico de perder a uno de sus pilares.