El vestuario, volcado con Lewandowski
Con el título en el bolsillo, sus compañeros, encantados con su implicación y sus consejos, le ayudarán en la tarea de ser máximo goleador de la Liga.
Robert Lewandowski miró este sábado por el retrovisor cuando terminó el Real Madrid-Almería y vio ahí a Karim Benzema, justo detrás de él en la clasificación de máximos goleadores, a un solo tanto. El polaco, que había estado un buen puñado de jornadas sin marcar antes de Vallecas, reaccionó e hizo su segundo tanto en dos partidos. Con 19, todavía es el Pichichi de la Liga. Pero no se puede descuidar. Eso sí, tiene cómplices porque ser un buen tipo tiene sus ventajas.
Lewandowski cayó de pie en el vestuario del Barça por su profesionalidad, implicación y buena disposición con los jóvenes. Y estos le quieren devolver los servicios prestados. Primero, eso sí, el título. Al Barça le faltan ocho puntos para ser campeón y el mismo Lewandowski es el que se va a encargar de recordárselo a sus compañeros. Una vez conseguidos, eso sí, los jóvenes como Balde, Gavi, Pedri, veteranos como Busquets o Alba y estrellas como Dembélé o Raphinha se van a poner manos a la obra para ayudarle en la tarea.
Camino de los 35 años, Lewandowski también tiene el desafío de alcanzar al menos los 40 goles oficiales en la temporada. Desde que en la temporada 2015-16 sumó 42, no ha bajado de esa cifra, con el tope de los 55 goles de la temporada 2019-20, cuando lo ganó todo con el Bayern, fue escogido The Best y sólo la decisión de France Football de dejar desierto el Balón de Oro le privó de conquistarlo. Con 29 goles en competiciones oficiales, le quedan seis partidos para llegar a esa cifra. No va a ser sencillo, ni siquiera con la espectacular media que lució a principio de temporada, cuando hico trece goles en las doce primeras jornadas.
El Mundial y los líos después de la expulsión en Pamplona frenaron a Lewandowski, que cuando fue sancionado con tres partidos pensó hacer un plan específico al regreso de Qatar que luego se vio truncado por la suspensión cautelar de su castigo. Eso le ‘obligó’ a ser alineado el día del Espanyol. Su rendimiento empezó a caer y hasta tuvo que parar por unos problemas musculares a los que se sumaron el golpe que recibió de Militao en la vuelta de la semifinal de Copa. Da la sensación de que ahora Lewandowski se ha enchufado a tiempo para ganar su primera Liga y su primer trofeo pichichi. El vestuario le va a ayudar y él cree que han empezado un buen camino en el Barça. Ahora, cuentan, ya pregunta si será compañero de Messi la próxima temporada.