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LALIGA SANTANDER

El VAR se tiñe de rojo

Las llamadas al árbitro de campo para expulsar a un jugador crecen notablemente. Se han dado 19 intervenciones relacionadas con tarjetas rojas.

SEVILLA, 06/11/2022.- El árbitro Sánchez Martínez (d) muestra la tarjeta roja a Nabil Fekir (i), del Betis, durante el partido de Liga en Primera División ante el Sevilla que disputan este domingo en el estadio Benito Villamarín. EFE/José Manuel Vidal
José Manuel VidalEFE

El derbi sevillano dejó patente que LaLiga está al rojo vivo. Pero no por la pelea por el liderato, puestos europeos o descensos. Más bien es por la cantidad de expulsiones que se están dando. Y una muestra de ello son las veces que desde el VAR se ha mandado al monitor al árbitro para que decida si debe echar o no a un futbolista. Las tarjetas rojas tienen casi tanto peso como los goles en la sala VOR.

El Comité Arbitral tiene declarada la guerra al juego brusco grave. Esto no es nada nuevo, sino que viene siendo habitual desde que en la primera temporada de la era VAR. Entonces, en el CTA hubo una sensación de que se dejó de intervenir en varias acciones de roja en las que sí debían haber entrado. Por ello, se pidió a los colegiados ser más duros con las entradas que pueden provocar una lesión en el rival. Y esta temporada se está notando especialmente. Hasta en 19 ocasiones se ha revisado un lance donde estaba en juego la expulsión de un futbolista. Una marca que bate notablemente el registro de toda la temporada pasada y eso que en la presente solo van 13 jornadas disputadas. La campaña pasada se llamó al árbitro en 12 ocasiones por acciones de roja (aunque para el CTA son 13 ya que contabilizan una intervención que inicialmente se iba a señalar penalti pero se acabó mostrando tarjeta amarilla por falta previa).

Las rojas que ha cazado el VAR

El peso de las expulsiones está siendo tan importante en las funciones de VAR casi tanto como los goles. De las 66 intervenciones que van hasta la fecha, 19 han sido por tarjetas rojas y 20 relacionadas con los tantos. Solo los penaltis tienen mayor relevancia (27 incidentes). La inercia es clara: si se llama al árbitro es para echar a un futbolista. Hasta en 10 ocasiones se ha pasado de amarilla a expulsión y se han dado siete rojas directas cuando no se había ni amonestado previamente. Solo dos veces se rebajó el color de la cartulina.

Entre los equipos hay claros beneficiados y perjudicados. Por ejemplo, los avisos desde el VOR ya le han costado cuatro expulsiones al Betis. El más castigado. Solo el Espanyol, con tres, le sigue de cerca. Se reparten el resto de rojas Athletic, Celta, Elche, Getafe, Mallorca, Osasuna, Rayo, Real Sociedad, Sevilla y Valencia. Por otro lado, el equipo que ha visto que gracias a la tecnología se ha expulsado a más rivales ha sido el Sevilla (3), seguido de Valencia y Cádiz, ambos con dos. Los ches, al igual que el Elche, también celebraron cuando desde el VOR se llamó para retirar una roja y reducir el castigo a amonestación.

Proteger a los futbolistas

La premisa es clara: hay que proteger a los futbolistas. Así lo han explicado desde el CTA a los trencillas y también a los clubes en las charlas impartidas en agosto. Avisaron que no les iba a temblar el pulso a la hora de sancionar con roja las acciones en las que los jugadores se empleen con una fuerza excesiva o pongan en riesgo de lesión a un contrincante. Para ello se tendrá en cuenta en la zona en la que se realiza la entrada (pie, tobillo, tendón de Aquiles…), cómo se realiza (con los tacos, empeine, pierna….), la velocidad, intensidad, riesgo de lesión.

El ejemplo claro son las acciones del derbi sevillano. En la primera parte Montiel llega tarde a un balón e impacta con los tacos en la cara interna de la rodilla izquierda de Álex Moreno. Es decir, entra con los tacos (lo que supone mayor peligro), en una zona elevada de la pierna que es la rodilla (lo que supone mayor riesgo de lesión) y con una acción que se desarrolla a gran velocidad e intensidad. Sánchez Martínez, que en un inicio sacó amarilla, cambió su decisión a roja. Lo mismo le pasó en la segunda parte a Borja Iglesias, que sin ninguna intención, calculó mal a la hora de intentar robar el balón y acabó pisando el tobillo (pudiendo crear un daño grave al contrario). Otra acción de juego brusco grave que se sancionó con la expulsión.

Otra de las acciones polémicas del derbi y que los árbitros están muy atentos son las que implican el uso ilegal de los brazos. Para los trencillas, dependiendo del empleo que se le dé a los brazos que impacten en la cara o cabeza de un rival (deben valorar la fuerza e intensidad de la acción, el riesgo de daño y el gesto de cómo se realiza el golpe con el brazo) puede considerarse una actitud temeraria (conlleva amarilla) o de brutalidad o agresión (roja). Eso fue lo que sucedió con el braceo de Fekir con el Papu Gómez. El árbitro de VAR y el de campo consideraron que el atacante verdiblanco había empleado una fuerza excesiva.