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VALENCIA

El Valencia enfatiza su realidad

Baraja reclamó fijar objetivos acordes a la situación y la llegada a 3 de agosto de un único refuerzo deja claro hoy que la pelea estará lejos de la idiosincrasia del club.

Gayà, Layhoon Chan, Rubén Baraja y Jaume Domenech, en la tradicional ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados en la previa de la temporada.

Rubén Baraja dejó en la sala de prensa del Benito Villamarín tras asegurar la permanencia del Valencia varias pinceladas de hacia dónde debería ir el próximo proyecto y qué errores no se podrían repetir. De soslayo, dejó caer dos términos: “Mentalidad” y “aspiraciones”. El primero iba dirigido a todos los estamentos del club, aunque con especial énfasis al vestuario; el segundo, al mensaje que tenía que transmitir el club para no llevar a equívocos. Los hechos y las explicaciones que se trasladan desde las altas esferas de gestión evidencian que el objetivo será competir sin más miras clasificatorias que habitar lo más lejos posible del descenso.

Los hechos están hablando por sí solos. A 3 de agosto el Valencia, un equipo que peleó hasta la última jornada por la salvación, solo ha realizado una incorporación (Pepelu) y ejecutado una opción de compra (Cenk). Por el camino se han caído los dos máximos goleadores del pasado curso (Kluivert y Lino), además de Nico, Ilaix, Cavani, Lato y también Yunus. El Valencia, obviamente, pretende reforzarse, aunque por h o por b los días pasan sin movimientos. Los mensajes que se trasladan desde el club tampoco engañan de la realidad del Valencia: el margen de Fair Play es el que es, la política es no acometer ningún fichaje hasta que su inscripción esté asegurada, etc, etc, etc…

Así el Valencia se presentará en sociedad este sábado contra el Aston Villa sin otra cara nueva que la de Pepelu. Baraja, lógicamente, espera refuerzos y como todo entrenador los quisiera haber tenido mucho antes. La voz del vallisoletano no se ha escuchado todavía durante la pretemporada, aunque a priori su primera comparecencia pública llegará precisamente tras la disputa del Trofeo Naranja. Todo sea dicho, desde el club se apunta que Baraja sabía la coyuntura en la que se movía la planificación desde que aceptó renovar y sin lugar a equívocos como parece que sí hubo con Gattuso, quien hace un año en verano trataba de convencer a futbolistas de un perfil del Valencia de siempre pero no del actual de Lim (Politano, Torreira…).

El Valencia, al menos, está siendo sincero en sus problemas para acometer contrataciones. Lo contrario sería hacerse trampas jugando al solitario. Pero a su vez, también se pretende la comprensión del público hacia el equipo durante el transcurso de la temporada. Ese fijar objetivos realistas como instaba Baraja. Mestalla llevó en volandas al equipo cuando la afición fue consciente de que el único objetivo era la salvación. Y en la Liga española desde el 8º hasta el colista las diferencias no son tan mayúsculas y el Valencia comienza el curso en ese amplio ramillete de equipos que haciendo las cosas bien acabarán sin pasar apuros, pero si la cosa se tuerce, sufrirán hasta el final.

Un vestuario sin excusas ni coartadas

Baraja, a la espera de refuerzos, se está encargando en primera persona de subsanar desde el principio uno de los muchos errores que diagnosticó en sus 17 partidos en el banquillo: la mentalidad y la exigencia del vestuario. Él es el que más aprieta en el día a día y no le tembló el pulso a la hora de hacer lo que más está en su mano en la planificación: los descartes. De hecho sigue mostrándose fuerte en ese sentido con Cömert, Castillejo, Racic y/o Marcos André.

Los empleados del club con pasado de futbolista blanquinegra, porque Baraja no es el único, tienen la sensación que en los últimos años, conforme las temporadas se han ido torciendo, el equipo encontraba en Lim un escudo, una coartada. Las críticas de Mestalla, con razones y argumentos de peso, se focalizan de un tiempo a esta parte casi de forma exclusiva en la propiedad y así la derrota tiene un solo culpable. Lim lo es, el principal de la declive del Valencia, aunque el cuerpo técnico del Pipo quiere y aprieta a sus chavales para que todos sientan el hierro de ser futbolista del Valencia y no solo sus ventajas. De ahí la criba realizada, que es lo primero que estaba a su alcance.