El Valencia de Gattuso se tambalea
Los miedos superan a un vestuario joven que necesita respuestas de un Gattuso que no es el problema del Valencia, aunque ahora tiene que demostrar ser la solución.
La noche del jueves fue larga por Mestalla, como puede hacerse la temporada para el Valencia, que este domingo en Valladolid podría incluso quedarse con puntos de zona de descenso. Los futbolistas tuvieron problemas para salir del estadio. No pudieron hacerlo hasta dos horas después de acabar el partido y tuvieron que hacerlo por la puerta de atrás. Incluso el coche de Yunus Musah fue golpeado por una treintena de radicales que les esperaron hasta la salida. Los dirigentes tampoco salieron por la puerta del palco de Mestalla, donde minutos después de acabar el partido contra el Athletic y durante casi una hora se concentraron un millar de aficionados. Allí se acordaron de Peter Lim y del resto de cúpula del club. La multitud se fue disolviendo, aunque permanecieron esa decena de personas que aumentaron la tensión.
Mestalla explotó durante y después del partido de Copa, que era el oasis del Valencia. La afición hace tiempo que se hartó de Peter Lim, se lo ha demostrado en múltiples ocasiones y lo hace cada partido en el minuto 19. Pero anoche también mostró su disconformidad con el estilo Gattuso. Lógicamente el malestar es por los resultados (una victoria en las últimas nueve jornadas de Liga, más el KO copero), porque al principio de Liga su propuesta divertía y fue un efecto llamada para el público (ahí están los datos de asistencia). Pero el equipo se ha olvidado de jugar como jugaba (“Parecía que era la primera vez que jugábamos juntos”, llegó a decir ayer Gattuso) y Mestalla pitó y criticó cada vez que Mamardashvili sacaba en corto.
Gattuso no es el problema, pero tiene que dar soluciones
El Valencia se tambalea. El club se sustenta en la figura de Gattuso, un entrenador que a raíz de los últimos encuentros habita entre dudas. Lo dijo él mismo en sala de prensa: “Tengo que hablar con el equipo para escuchar qué está pasando y por qué tenemos miedo”. Hace pocas semanas decía que tenía que hablar con su cuerpo técnico para lo mismo. Su equipo ha involucionado. Gattuso no es el problema del Valencia. Ningún entrenador de un tiempo a esta parte lo es. Los problemas del Valencia son estructurales y no coyunturales. Pero Gattuso tiene que volver a demostrar que es la solución a los males deportivos y a los miedos de sus futbolistas, a muchos de ellos literalmente les temblaban las piernas en Mestalla la noche del jueves. El público no les ayudó, aunque el partido que ellos hicieron desesperó a la grada.
La continuidad de Gattuso no está en entredicho de puertas hacia dentro. No está el club para prescindir de él. A fin de cuenta él puso orden en el caos y potenció la figura de Miguel Ángel Corona. Además los resultados deportivos no están entre los objetivos que le marcó Peter Lim, a quien públicamente siempre ha respetado. Así que la continuidad de Gattuso hoy solo podría ponerla en duda el propio Gattuso. Y él no va a dejar en la estacada a sus futbolistas, siempre que estos no le digan lo contrario, es decir, que le transmitan que han dejado de creer en sus consignas. De eso hablará este viernes Gattuso con los suyos en el vestuario. Pero no parece que haya ningún divorcio. Los jugadores, salvo situaciones muy aisladas, están a muerte con Gattuso. Él les ha defendido como no lo hacía ningún entrenador del Valencia desde Marcelino y la química del vestuario no se ha deteriorado pese a los resultados. Pero tiene que empezar a darles respuestas, porque la racha tampoco puede eternizarse.
El Valencia no gana en Liga desde que lo hiciera en octubre antes del parón por el Mundial contra el Betis. Esa victoria llegó tras cinco jornadas sin lograr los tres puntos y desde entonces son otros tres partidos sin lograrlos (Villarreal, Cádiz y Almería). La Copa había vuelto a ser su clavo ardiendo. Pero a las primeras de cambio contra un Primera y pese a tener a su favor el factor campo, el equipo fue un espectro durante los 96 minutos de eliminatoria contra el Athletic. Al Valencia le han remontado en seis de los once partidos en los que se ha adelantado en el marcador y contra el Almería y Athletic en Copa le marcaron apenas había logrado un gol. La mayoría de los goles han llegado por errores en cadena del equipo o individuales. Así lo fueron los dos del Villarreal, el del Cádiz y los dos del Almería. El Valencia ha pasado de salir de Pamplona mirando hacia arriba a verse cada vez más cerca el abismo. Hasta ahí ha llegado dejándose puntos en Mestalla contra Mallorca, Elche, Cádiz y Almería.
El contexto del mercado de enero
El contexto influye y hay cierta causa-efecto a que la mayor bronca del año en Mestalla se produjera en enero. El mercado invernal, por más que resten cinco días para su cierre, vuelve a potenciar la sensación reinante de que a Peter Lim le importa poco la competitividad del equipo. Ni a Gattuso, un técnico de su círculo, un entrenador comprensivo y respetuoso, con valores de hombre de club, le ha dotado de refuerzos en tiempo y forma. Eso a pesar de que la lesión de Nico se produjera un día antes de abrirse el mercado y de cara a un mes en el que el Valencia iba a jugarse su suerte en dos títulos (Supercopa y Copa) y su devenir en Liga. Gattuso ha tenido que dar desde que se abriera el mercado 12 ruedas de prensa sin nada que poder decir respecto a fichajes. Solo que necesitaba un mediocampista, que había propuesto “50 o 100 nombres”, pero que la economía del club es la que es y que “fichar por fichar, no”. Lo mismo que Gracia o Bordalás, aunque con mejores palabras y disciplina de hombre de club. Pero la sensación de que con Lim se habita en el día de la marmota desespera a la afición, que explotó otra vez este jueves tras ver cómo quedaba en nada su ilusión por la Copa.