El último y nos vamos
El Atlético de Madrid visita Montilivi para cerrar 2025 con su particular tortura: los partidos fuera. El Girona sale del descenso si gana hoy a los de Simeone.
Se termina 2025 y el Atlético lo hará enfrentándose a su maldición particular de estos 365 días: los partidos fuera de casa. Un año natural que los del Cholo comenzaron en Butarque con derrota y lo terminan en Montilivi, uno de los pocos estadios en los que los rojiblancos han conseguido ganar en 2025, aunque, claro, eso pertenece a la Liga pasada. Al cierre de la 24-25 exactamente. Un partido sin nada en juego. Una de esas victorias que quedan en las hemerotecas como número vacío y vacuo porque en realidad ninguno de los dos ya competía (sigue el partido en directo en AS.com).
En esta los partidos fuera de casa son su piedra, su mano al cuello, su china en el zapato tamaño de un monolito. Solo 9 puntos de 24 posibles. Solo dos victorias en ocho salidas. Y al Girona le ganó en su casa la última vez, cierto. Tanto como que eso no es lo habitual. Seis partidos, solo un 33% de victorias (dos ganados, tres empates, una derrota). Y una tendencia: goles, muchos goles. Doce veces se han enfrentado en total y ninguna acabó 0-0. Entre todas, 40 goles. Más de tres por partido de media.
Si el Atlético busca cerrar el año con una victoria que cambie el rumbo a domicilio en el que viene, para alcanzar la ansiada regularidad que da acceso a los títulos en mayo, el Girona la busca para cerrar 2025 fuera del descenso. De sí mismo depende. La victoria de la semana pasada ante la Real Sociedad en Anoeta da confianza. Que es posible dejar atrás este año con más sombras que luces después de aquella 23-24 con la histórica e inesperada clasificación del equipo de Míchel Sánchez para la Champions. Hoy el técnico quiere, en el ecuador de la Liga espera sellar el segundo triunfo seguido en la competición esta 25-26, aunque tiene una baja sensible: Ounahi.
El centrocampista está con Marruecos para la disputa de la Copa de África. Deja un hueco gigante en el centro del campo y el técnico vallecano maneja varias opciones para minimizar el daño. El recambio natural sería Lemar, con más números para ser titular ante el equipo que el verano pasado le cedió al Girona, que Asprilla. Es la gran duda de Míchel porque tampoco se descarta que quiera mostrarse un tanto más defensivo y situar a Arnau Martínez en la medular. Witsel es, por cierto, lo que fue en el Atleti nada más llegar: intocable. “La velocidad que importa en el fútbol está en la cabeza”, decía hace unos años a AS. Lo sigue demostrando. Partido a partido, a punto de cumplir 37.
En el vuelo a Girona, Simeone respiraba. En el avión, un básico: Llorente. El 14 salta de la enfermería al once un mes después de lesionarse en Getafe. Es un futbolista clave. En su ausencia a su derecha en la línea de cuatro atrás se ha acodado un nuevo: Pubill. Los dos apuntan a titulares en Girona. Así al menos lo probó ayer Simeone. También Sorloth, que a Julián le abre las puertas del área y regresa allá donde cerró la Liga pasada con tres goles en media hora. Para bajarle el telón al año, este mediodía.
Un equipo, dos caras
El Atlético esta temporada en realidad son dos Atléticos. Uno, el que juega en casa, el segundo mejor local de esta Liga con 25 puntos de 27 posibles (solo ha cedido un empate, ante el Elche) y el de fuera. Ese que solo ha conseguido ganar dos partidos esta temporada (Betis en La Cartuja y Getafe en el Coliseum) y que viaja a Montilivi tras enlazar de nuevo dos derrotas fuera (Camp Nou y San Mamés).
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