El sumidero de los puntos perdidos
A pesar de haberlo incluso entrenado a conciencia en el parón, sigue el Espanyol entregando victorias que tenía en la mano. Cuatro veces idénticas se dejó empatar tras haber remontado.
“He acabado muy pocos partidos con tanta frustración”, confesaba Diego Martínez hace ya más de tres meses, el pasado 2 de octubre, cuando el Espanyol se dejaba escapar dos puntos ante el Valencia en el minuto 96. Aquella tarde, en el RCDE Stadium, habían sido capaces los pericos de remontar un 0-1 en contra, de ponerse 2-1, para acabar recibiendo el definitivo 2-2. Lo que no sabía entonces el entrenador es que esa frustración se repetiría con idéntico guion hasta tres veces más en esta Liga.
Contra el Girona, el pasado sábado, perdía el Espanyol en los últimos minutos una victoria que tenía en su mano, con ese 2-2 que también se había dado en Cádiz y contra el Elche antes del parón mundialista. Ocho puntos que se esfumaron por deméritos propios y que hoy situarían a los blanquiazules, que son penúltimos, en una posición privilegiada, más cerca de Europa que de la actual zona de descenso. Mención aparte los dos goles recibidos frente al Real Madrid a partir del minuto 88, para pasar del 1-1 al 1-3, o del tanto del empate en el 78′ del Atlético de Madrid, eso sí, actuando ambos rivales en superioridad numérica.
Para colmo, hasta en los partidos de preparación durante el parón por la Copa del Mundo cayó el Espanyol en esos errores que le birlaron un triunfo sobre la bocina. Sucedió frente al Mechelen, el 14 de diciembre en el Pinatar Arena, cuando Yonas Malede igualó de penalti en el último minuto del añadido. “Si debe ser el último cachetazo para tener conciencia, que sea este”, manifestó entonces Leandro Cabrera, sabedor de un problema que ya se había ido agrandando.
Hasta tal punto venían suponiendo ya un lastre esos goles recibidos en los minutos finales que el Espanyol lo entrenó durante las semanas de parón liguero. “Por ejemplo, se hace hincapié poniendo situaciones parecidas en los entrenamientos. Haciendo partidos en que un equipo va ganando, el otro perdiendo, y todos tenemos que aprender a dominar ese tipo de situaciones”, explicaba Javi Puado en AS en su entrevista de la pasada Navidad.
“Cuando se escapan puntos en los últimos minutos te queda un muy mal sabor de boca. Se te queda cara de tonto. Por eso la preparación es mental, física”, reconocía el atacante perico, quien sostenía: “Nos hemos preparado para ello, para amarrar más y mejor los puntos”.
Ciertamente, en el retorno a la competición funcionó. No en vano, en el derbi contra el Barcelona fue el Espanyol el que golpeó último, con el 1-1 de Joselu Mato en el 73′, de penalti. E incluso en la Copa del Rey, contra el Celta, fue capaz de remontar entre el tramo final y la prórroga un resultado adverso. Pero en el encuentro señalado en rojo, con el Girona como rival, volvió a las andadas. Y perdió puntos que no vuelven. Puntos necesarios para aspirar a la permanencia.