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OSASUNA

El Sadar celebra por todo lo alto el regreso de Osasuna a Europa

Los rojillos volverán a jugar competición Europea 16 años después tras clasificarse para la Conference League

El reloj marcaba las 20:26 de la tarde cuando el colegiado del encuentro, Ortiz Arias, pitaba el final del partido. El Sadar estallaba en una fiesta, por méritos propios y tras ganar al Girona, Osasuna acababa de clasificase para la Conference League, lo que supone para el club navarro volver a Europa 16 años después.

Tanto en la grada como en el césped, alegría, abrazos, emoción y alguna que otra lágrima. La unión entre la afición y los jugadores era máxima y no dejaban de cantar al unísono. Poco a poco, los familiares de los jugadores fueron saltando también al césped. Chimy Ávila no dudo en sacar un capote de torero con el escudo de Osasuna, mientras Abde se anudaba la bandera marroquí a la cintura.

Después llegó la fiesta oficial, que se celebró en El Sadar, al estar la Plaza del Castillo ocupada por la feria del libro. Un pasillo hecho por banderas de Osasuna de todas las épocas, fue dando la bienvenida a cada miembro del club que fue saliendo al campo. El primero en hacerlo fue un emocionado Braulio Vázquez que aseguró que el objetivo es ganar la Conference. A continuación, salieron los miembros del cuerpo técnico, a excepción de Arrasate. Llegó por fin el momento de los jugadores. Todos ellos ataviados con una camiseta en la que se podía leer: “Eiropa, we are back’ (Europa, estamos de vuelta). Primero saltaron al campo los chavales del filial que han participado con el primer equipo esta temporada y después fue el turno del resto.

La afición no dudó en pedir a Manu Sánchez y Abde, que finalizan sus respectivas cesiones, que se quedaran. Jugadores como Herrera, Chimy Ávila, David García, Budimir o Aimar Oroz fueron algunos de los más jaleados por la afición.

El capitán David García, recordó: “Después de ocho años de aquel partido en Sabadell hemos vivido una temporada histórica y es gracias a todos vosotros”, refiriéndose a los aficionados.

La fiesta siguió con la salida al césped de Arrasate, acompañado de sus tres hijos, mientras la grada coreaba su nombre. El de Berriatua, que no se libró del manteo, se arrancó, al más puro estilo bertsolari, con unas palabras y por supuesto, se mostró agradecido a la afición. Tras la foto para el recuerdo, los jugadores lanzaron pequeños detalles, como balones, a la grada.

Finalizada la fiesta, la plantilla y los aficionados rojillos continuaron celebrando la consecución de esta nueva página de la historia del club.