El rompecabezas de Quique
El entrenador del Sevilla ha puesto a Lucas Ocampos de titular en todos los encuentros desde que llegó al banquillo hispalense y en hasta cuatro posiciones distintas.
Quique Sánchez Flores ha probado a Lucas Ocampos de todas las formas y maneras desde que llegó. El argentino se ha asentado como pieza fija en el once titular, independientemente de su estado de forma o posición en el campo. Hasta en cuatro demarcaciones diferentes ha jugado desde el pasado mes de diciembre y con una incidencia cada vez menor durante los últimos encuentros. Con todos los efectivos a su disposición, el madrileño ha tenido que empezar a descartar jugadores en masa de entre los veintiocho que tiene a su disposición y reubicar a otros para que sus predilectos entren en el once.
Cuando llegó Quique a Sevilla, a mediados de diciembre, lo primero que tocó fue el sistema. El Sevilla pasó a jugar con dos puntas, pese a tener tres delanteros naturales en ese momento. Pero, para el técnico, en ese tramo de la temporada, además de En-Nesyri, el titular era Ocampos por delante de Rafa Mir o Mariano. Una posición rara vez vista en él. La promoción de Isaac al primer equipo coincidió con la Copa África, tiempo que le sirvió al entrenador para extender el experimento del ex de River como delantero hasta que se juntase la dupla ideal. Pero con la llegada del marroquí de Costa de Marfil frente al Rayo Vallecano, Quique se vio obligado a reubicar a Lucas. Contra el equipo de Francisco jugó en banda izquierda en 4-4-2, la posición más natural desde entonces. Aunque el problema llegó frente al Atlético, con un cambio a una defensa de tres por los problemas defensivos del equipo. Quique colocó a Ocampos en banda e hizo ‘efecto dominó’ en un Acuña que jugó como central zurdo para que le cupiesen ambos en el once de ese encuentro.
Con el paso de los partidos, Quique ha cambiado de lugar al argentino en varias ocasiones. De carrilero diestro si faltaba Navas o de izquierda si la ausencia era de Acuña. Pero, ante el Celta de Vigo, coincidieron todos. El entrenador madrileño aprovechó la ausencia de Sow por lesión para colocar a Ocampos en un lugar casi inédito, de interior. Aunque la jugada no le salió bien y, de hecho, fue el primer cambio del partido. En el Coliseum, sin hacer un gran encuentro, jugó en la derecha por la ausencia de Navas. Y lo más normal es que en Gran Canaria lo haga en la izquierda al cumplir ciclo Acuña. Pero el exceso de polivalencia puede hacerle pasar factura a un jugador que es extremo de origen y que ahora mismo ni llega a línea de fondo ni defiende con claridad. El empate ante el Almería es un claro ejemplo de ello.
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