El renacimiento de Bruno Iglesias: del olvido con Raúl al cariño de Arbeloa
El salmantino, señalado en 2021 por Álvaro Benito como “el mayor talento de Valdebebas”, encuentra su sitio en el Castilla tras varios años sin la confianza del ya extécnico del filial.

El Real Madrid Castilla ha empezado esta temporada 2025-26 con paso firme de la mano de su nueva entrenador, Álvaro Arbeloa. La pretemporada fue irregular, pero ilusionante. Y con la llegada de los partidos oficiales, la cosa ha mejorado: venció al Lugo en la primera jornada de Primera RFEF y luego viajó a Inglaterra para asaltar la casa del Wolverhampton en la Premier League International Cup. Allí le bastó con un ejercicio de solvencia defensiva y con una gotita de magia de un jugador que la tiene a raudales, aunque le ha costado mostrarla. Ahora, de la mano de Arbeloa, parece que se dan las condiciones: su nombre es Bruno Iglesias.
No es un nombre nuevo para el madridismo, ni mucho menos. En 2021, durante una intervención en la Cadena SER, Álvaro Benito ya le señaló como el mayor talento del fútbol formativo de Valdebebas: “Tiene unas condiciones espectaculares. Juega de mediapunta, de 8 o de 10, tiene mucha calidad. Es un jugador tipo Kaká. A mí me encanta. Es el mayor talento a día de hoy de la cantera del Real Madrid, pero es muy joven". En efecto lo era: tenía por entonces sólo 17 años Iglesias, hoy ya son 22.

Aquel pronóstico generó un hype alrededor del salmantino que luego desembocó en decepción, porque su camino en la cantera del Madrid no ha sido ni mucho menos el que se podía soñar si se escuchaba con optimismo a Benito. Chocó frontalmente con un muro: Raúl González Blanco, técnico por entonces del Castilla.
En la 2022-23, Raúl ya le dio oportunidades en el filial y hasta empezó la temporada con él de titular, pero tardó poco en retirarle la confianza y en enero, tras haber disputado sólo 176 minutos con el Castilla, se fue al RSC Internacional, el germen del que salió el retomado Real Madrid C, para intentar ayudarle en su deseo de subir a Segunda RFEF. No tuvo éxito, pero al menos ahí pudo participar de forma continuada.

Para la 2023-24, la situación exigía una decisión y Raúl volvió a dejarle fuera: se fue cedido al Celta B, donde en puridad tuvo pocas oportunidades, acumulando en todo el curso apenas 317 minutos. En su elogio, Álvaro Benito había dejado también una llamada a la cautela: “Tiene que mejorar otras cosas a nivel mental y de esfuerzo...”. Quizás por ahí se le estaba escapando su gran oportunidad en el fútbol.
Y en la 2024-25, ya con edad para ser importante en el Castilla, se llevó un nuevo portazo por parte de Raúl. No es una situación inhabitual, el extécnico del Castilla mostró dificultades para sacar lo mejor de perfiles como el de Bruno. Algo parecido le sucedió con Iker Bravo y en aquel caso también fue importante Arbeloa para rescatarle del olvido.
Arbeloa lo cambió todo
Siete minutos jugó con el filial en todo ese curso, apenas siete. Álvaro Gómez-Rey sí le dio peso en el Madrid C, con un gol en la promoción de permanencia en Segunda RFEF que fue fundamental para que el proyecto del tercer equipo blanco no retrocediese en sus progresos. Con todo, este verano todo indicaba que podía salir del Madrid, pero la marcha de Raúl y la llegada de Arbeloa lo cambió todo.
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Ya desde la pretemporada vio que iba a contar con muchas oportunidades y, pese a que en el primer partido de liga fue suplente, sí salió de titular en casa del Wolverhampton, donde decantó el partido en el tramo final con un golazo de falta. Y se fue directo a abrazarse con Arbeloa, el que puede ser el gran artífice del renacimiento de una de las joyas más esperadas de la cantera madridista.
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