El Real Valladolid regala el partido en Sevilla y entra en descenso
Asumir que el Real Valladolid tiene una de las plantillas más flojas de Primera no fue complicado, era obvio, entender que el equipo se siente muy pequeño ya fue más difícil, pero aceptar que los blanquivioletas regalen los partidos como en Sevilla resulta inaceptable. Por eso resulta complicado entender frases como “hicimos un excelente partido” como dijo Pezzolano o “el equipo dio la cara” como afirmó Mario Martín. Y es que la falta de autocrítica empieza a ser un detalle que puede marcar la temporada. Los blanquivioletas van a tener pocos partidos tan accesibles para puntuar como el del Pizjuán, pero si los sevillistas estuvieron mal, los pucelanos estuvieron peor y cometieron errores muy groseros para la categoría.
Un Real Valladolid que fue blandito en defensa, con un centro del campo voluntarioso en las ayudas, pero romo en ataque y una delantera de la que no hubo evidencias de su existencia durante los 90 minutos regaló el partido al peor Sevilla que uno recuerda en décadas. El primer gol es un chiste que define el desastre, la falta de contundencia de la defensa, los tremendos problemas de calidad de algunos de los jugadores que ha firmado Catoira, el segundo vino de otra mala salida del balón desde la defensa.
Últimamente, me viene mucho a la cabeza una frase que escuché al gran Benjamín Zarandona hace unos años que decía: “¡Qué daño le ha hecho Guardiola al fútbol!”. Reconozco que entonces me hizo gracia y no la compartía, pero hoy por hoy empiezo a pensar que el bueno del “Titi” tenía razón. Ahora todos los equipos, la mayoría, se empeñan en sacar el balón jugado, incluso, desde su propio área pese a no tener la calidad suficiente para hacerlo. Y el Pucela, a veces, es así... La jugada del segundo gol no es del todo de ese estilo, pero sí tiene que ver con la “prohibición” de buscar balones en profundidad o, en su defecto, patadón arriba y alejar el peligro. Ahora los equipos pierden, pero tratando de jugar ¿bien? al fútbol. Como si sacar el balón, o intentarlo, desde tu propia área definiera esa cuestión.
Total, que la sangría de goles a domicilio sigue: 15 en cuatro partidos, dos tantos a favor, y una sensación de que la plantilla es “corta” como dice su entrenador y, a veces, no sabe competir. Jugó en algunas fases del encuentro de tú a tú al Sevilla, pero a la hora de la verdad los errores más graves los cometió el Pucela que se vuelve a casa sin puntos y en descenso...
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