El protagonista de la jornada en La Liga: Aarón Escandell, reflejos de Primera

Venía para suplir un vacío y acabo escribiendo su propia historia. Lo de Aarón Escandell en el Tartiere es el guion del portero bajo la lupa que, a base de coleccionar paradas de portada, acabó convirtiéndose en héroe de la mayor epopeya que se recuerda por Oviedo: la del regreso a Primera División. Superada la resaca de ese ascenso, el meta se propuso completar uno de sus grandes retos profesionales, también vitales: consagrarse de una vez por todas como portero de Primera División.

Lo del vacío viene por la salida en el verano de 2024 de Leo Román, excepcional año el suyo en Oviedo, y esos ojos mitad curiosos mitad desconfiantes que se posaban sobre el nuevo. Tras un mes inicial con alguna duda no tardó Aarón en demostrar su talla ante el exigente Tartiere. Ahora, la cosa ha cambiado tanto que nadie se imagina la portería si no es defendida por el valenciano.

Y a él la temporada le llega con aires de reivindicación. Había dejado detalles en el Granada, pero Rui Silva y Luis Maximiano le sacaron del foco. En Las Palmas, a la segunda, no lo tuvo sencillo con Valles. Pero hay trenes que, a base de trabajo, sí pasan una tercera vez. Y Aarón, esta vez, no piensa quedarse en el andén.

Siete jornadas de Liga bastan para dar fe de ello: es el portero que más intervenciones acumula. Ya son 34. Y el segundo, Herrera, le sigue a distancia, con 23 paradas. Y si las estadísticas incluyeran un apartado de “milagros”, ahí también iría líder con holgura.

Sus últimos prodigios llegaron ante el Barça. Rashford, un purasangre en el arranque, se estampó un par de veces con sus manoplas. Ferran y Araujo tampoco pudieron con él. En total, detuvo 7 remates y 6 de ellos a remates desde dentro del área carbayona. Solo los cambios de Flick y el paso adelante del Barça en el segundo tiempo logró derribar la muralla que había construido junto a Bailly y Carmo.

El Oviedo se fue sin botín, pero el duelo sirvió para confirmar dos cosas: que Paunovic ha encontrado un estilo valiente y que Escandell es una de las mejores noticias del arranque liguero. Normal que al final del partido le llovieran elogios. Flick fue conciso: “El Oviedo tiene un buen portero; creamos varias ocasiones y Escandell estuvo muy bien”. Paunovic, más práctico pero igual de claro: “¿Aarón? En su línea. Parando los balones más complicados”.

Pendiente de su futuro

Con la vitola de titularidad indiscutible y el rango de héroe para el Tartiere, el futuro de Aarón Escandell, sin embargo, no está asegurado en Oviedo. Llegó el pasado verano con un contrato por dos temporadas y el mismo expira el próximo 30 de junio,

Sus intervenciones en el escaparate principal le han situado como uno de los futbolistas de moda, pero él tiene claro que su futuro pasa por seguir vistiendo la camiseta del Oviedo. Está feliz en la capital del Principado, también su familia, y tras una carrera de idas y venidas, el meta, aseguran desde su entorno, quiere seguir creciendo de la mano del Oviedo, así que el desenlace esperado por todas las partes es que Aarón extienda su vínculo con el club azul en los próximos meses.

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