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BARCELONA

El Pentágono de Flick

Pedri, Raphinha, Lamine, Olmo y Lewandowski multiplican las opciones ofensivas de un equipo que ha sorprendido por su voracidad. Entre los cinco suman 15 de los 17 goles del Barça en la Liga, el 88%.

Flick, con Olmo y Lewandowski.
Alejandro GarcíaEFE

El Barça de las cinco victorias consecutivas de Hansi Flick es una estrella de cinco puntas (Pedri, Raphinha, Lamine Yamal, Dani Olmo y Lewandowski) que está deslumbrando en la Liga por su capacidad para desplegar un fútbol bello y divertido, de presión y despliegue. Todos suman. La estabilidad que Iñigo, Koundé o Cubarsí le han dado a la defensa, más la explosividad recuperada de Balde y el equilibrio de Casadó, o Bernal hasta que se lesionó, han ayudado.

Pero el terror de los rivales es el Pentágono de Flick que, desde uno de sus lados inferiores, domina Pedri. El fútbol español está de enhorabuena con la recuperación del canario, que ha sufrido un calvario de tres temporadas que ha olvidado a base de dedicación. Como en aquellos días de su primer año en el Barça, en el que lo mismo firmaba una asistencia mágica a Messi que recorría 80 metros hacia atrás para llegar el primero a la portería y salvar bajo palos un gol de la Real en el Camp Nou, aparece por todos lados. En Girona recuperó balones con tesón, como uno en el que asfixió 50 metros a Solís; y acabó firmando el 0-4. Fue su segundo gol de la temporada y la confirmación de que su relación con el gol siempre ha sido excelente. Intuye muy bien las zonas calientes donde puede llegar el balón para marcar.

Aunque haya admitido estos días de parón que no lo esperaba, Raphinha se ha creído su papel de capitán. También el de generador de juego que le ha dado Flick. Desde su posición de interior izquierdo, que ha aceptado con humildad y generosidad, una de las características que más valoran sus compañeros, por su zona fue por donde el Barça empezó a romper al Girona. Esta vez no marcó ni asistió porque, en la segunda parte, se enredó en un par de unos contra uno cuando el equipo ya se recreaba, pero lleva tres goles y tres asistencias en el principio de curso. Sus números nunca fallan.

Dani Olmo ha aterrizado en el Barça como si nunca se hubiera ido de La Masia. Ha marcado tres goles en sus tres primeros partidos con la camiseta azulgrana, algo que no pasaba desde Cesc en 2011; y antes, con Ibrahimovic en 2009. Dinamiza el equipo, entiende el juego y tiene hambre de gloria y gol. Es de esperar, por el bien de Flick y de la Selección, que las lesiones le respeten.

Lamine es la magia. A sus 17 años, cada vez pesa más en el equipo. Con tres goles y cuatro asistencias, hay muy pocos jugadores con más influencia en la Liga que el mejor jugador joven de la Eurocopa. En la primera jornada, asistió en el 1-1 de Lewandowski. En Vallecas, le dio el 1-2 a Dani Olmo. Contra el Athletic, abrió la lata con un golazo desde la frontal. Ante el Valladolid regaló caramelos y en Girona demostró que también se ha puesto serio en su trabajo de mejora en la definición. Sus disparos en el 0-1 y el 0-2 son de superclase.

El Pentágono lo completa Lewandowski, que no marcó en Girona pero al que, más allá de sus cuatro goles, se intuye absolutamente comprometido con la idea de fútbol que les ha trasladado Flick. Cuentan los más cercanos al alemán que, pese a compartir representante y conocerse hace años en el Bayern, pocos son más exigentes con el polaco que el entrenador del Barça. Le ha puesto las pilas, le deja claro con las sustituciones que no es intocable, le ha obligado a presionar. Y, en cierto modo, le ha corregido en algo su posición y movimientos en el campo. Hay momentos en el que el Lewandowski no es el primero en la presión porque cae más a la izquierda. Pero el detalle que más ha llamado la atención es la cantidad de veces que está viajando a posiciones más retrasadas para arrastrar a los centrales y permitir los desmarques en ruptura de jugadores vigorosos como Olmo o Raphinha. Los que no entendían el adiós de Gündogan, tal vez lo entiendan viendo ese simple movimiento.

En resumen, quince goles de los 17 que lleva el equipo en el inicio de Liga, un 88% está en manos de ese Pentágono que sueña con hacer historia. Y que, además, no sólo está conectado por los goles, sino por las asociaciones entre jugadores. Pedri y Olmo son el pegamento que conecta los cinco lados del polígono al que Flick le ha sacado el mayor brillo posible en estas primeras cinco jornadas

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