El Oviedo de Carrión se desangra atrás: un gol en contra cada 33 minutos

La contratación de Luis Carrión como entrenador del Real Oviedo fue acompañada de un deseo, casi una promesa, de parte del máximo accionista en cuanto al estilo de juego. La llegada de un viejo conocido debería prometer un juego más lucido, más ofensivo y con llegadas que en la etapa de Paunovic. El hecho de que el Oviedo fuera el equipo menos goleador del campeonato empujaba al cambio, entendiendo que este vendría acompañado de mejores resultados.Pero de momento no ha logrado dar con la tecla Carrión que asegure un mayor flujo ofensivo junto a un equilibrio que haga al equipo sumar. Sí muestra el Oviedo de ahora mayor intención de llegar a la meta del rival, pero, siguiendo la teoría de la manta, el equipo se está descubriendo demasiado atrás.Solo así se explica que después de tres citas como nuevo entrenador, el Oviedo de Carrión haya encajado 9 goles, con una prórroga copera incluida, lo que habla del desequilibrio con el que ha iniciado Carrión su segunda etapa en el banquillo del Carlos Tartiere.

Endeble atrás desde el principio

Ya desde los primeros pasos se intuía que al Oviedo le costaría defender la meta de Aarón, el portero más exigido de las grandes ligas europeas desde el comienzo del campeonato. Así, el 0-2 ante el Espanyol advertía de lo que se venía por delante. Contra los de Manolo, el Oviedo no entró mal en el partido, pero no tardó en deshincharse. Ya en la primera mitad, Aarón tuvo que intervenir en tres ocasiones para alcanzar el descanso sin daños.Tras el receso, el Espanyol golpeó dos veces, aunque pudo ser alguna más, para con un 0-2 chafar el incómodo estreno, pitos incluidos, de Carrión ante su gente.

En Girona se vivió una locura. Ganó el equipo en presencia ofensiva, con Fede Viñas haciendo de extremo improvisado a la hora de defender. Anotaron Rondón y Viñas, a los que se sumó Carmo en el último suspiro, pero los tres goles encajados en una pésima segunda mitad impidieron la alegría.

Descalabro en Ourense

Y llegó la Copa para ahondar en los problemas del Oviedo. También en los defensivos. En un partido para olvidar, los de Carrión fueron inferiores a su rival durante los 90 minutos, y muy inferiores en la prórroga posterior. El Ourense hizo cuatro en la eliminación para dejar el cómputo de goles recibidos por el Oviedo desde que Carrión asumió el timón en 9 goles encajados en 300 minutos, lo que significa que los azules reciben un tanto cada 33 minutos de juego. El lunes, con la visita de Osasuna al Carlos Tartiere, el Oviedo solo entiende la victoria como camino a la calma y parece mucho más cercana esta si logra que Aarón Escandell por fin tenga una noche tranquila.

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