El mercado invernal del Barça, del cielo al suelo

Esta vez, Xavi no tendrá repostaje invernal. El curso pasado, espantado por la plantilla que había heredado de Koeman, a quien se condenó a jugar con delanteras que estaban formadas, por ejemplo, por Braithwaite, Ilias y Jutglá, Laporta y Mateu Alemany se pusieron las pilas y, además de gastarse 55 millones en el fichaje de Ferran Torres (pese a que ya existía el problema del fairplay financiero), incorporaron a Aubameyang, uno de los mejores fichajes invernales de la historia de LaLiga; Daniel Alves y Adama Traoré. Las salvadoras incorporaciones del Barça produjeron nada menos que 21 goles y 16 asistencias en competición oficial. A saber, Aubameyang sumó 13 goles y dos asistencias; Ferran, siete goles y seis asistencias; Adama, cuatro pases de gol; y Dani Alves, un gol y cuatro asistencias.

Esa inyección de talento y goles salvó al Barça del desastre porque le permitió alcanzar la Champions y ser incluso subcampeón, lo que le permitió jugar la Supercopa que ha terminado ganando recientemente en Riad. Las circunstancias deportivas y económicas, eso sí, han cambiado. El Barça tiene una plantilla sensiblemente mejor que el curso pasado y la inversión ya la hizo en verano con los fichajes de Lewandowski, Koundé y Raphinha, más Kessié y Christensen. El fairplay también le ha obligado a no moverse, porque Xavi sí quería fichajes. Especialmente si alguien salía y lo hicieron, además de Piqué, Memphis Depay y Bellerín.