El Madrid se oxigena
Pintus saca a relucir las famosas máscaras ‘milagrosas’ que emplea con la plantilla: tecnología punta para diseñar planes a la medida de cada futbolista...
Cuando comenzaron a usarlas, llovieron los memes comparando a los madridistas con, entre otros, Bane, el popular villano de Batman, pero las máscaras (algunos en Valdebebas le ponen el apellido de ‘milagrosas’) de Antonio Pintus se han convertido en una estampa habitual en las pretemporadas del Madrid. Es una de las herramientas con las que el veterano preparador italiano radiografía de manera certera la capacidad de oxígeno de la que puede surtirse el futbolista. Su nombre técnico es metabolímetro y aporta un medidor esencial para comprobar, junto a otras pruebas de esfuerzo, el punto de forma del equipo de manera mucho más precisa.
Este pasado miércoles volvió a ser una rutina conocida para veteranos como Modric y Carvajal y la probaron por primera vez, en el contexto madridista, los recién llegados Mbappé y Endrick. Reglajes que le vienen de perlas a Pintus en uno de los veranos más complejos en su larga y exitosa carrera.
El Sargento, como le apoda con cariño la plantilla, ha tenido que planificar una pretemporada exprés y con futbolistas incorporándose de manera grupal hasta en cuatro fechas distintas del calendario y todo con un título en juego ya el 14 de agosto pasado. De hecho, esta es la segunda tanda con el equipo al completo tras los cinco días de los que dispuso previos a Varsovia. Por eso las habituales palizas de las giras previas por EE UU dejaron paso en esta a que los jugadores se cuidaran más en sus vacaciones y a preparar un ‘traje’ físico a la medida de cada uno. “Con estos test puedo individualizar el trabajo de cada jugador”, explicó el propio Pintus en RMTV sobre las máscaras. “Nos sirve además para saber si tenemos que insistir en el trabajo aeróbico o no, con la idea de prevenir lesiones”.
No lo tiene fácil. Uno de los rellanos que suelen usar los preparadores físicos de primer nivel para darle las últimas pinceladas al arranque de sus equipos (y entonar a los fichajes de última hora) es el habitual parón de septiembre, que este año irá del 2 al 13 de ese mes. A diferencia de ellos, Pintus, no tendrá la materia prima de su trabajo: los futbolistas. Prácticamente todos los titulares y muchos de los principales suplentes se irán con sus selecciones. Imposible atajar en la puesta a punto por ahí. Al revés, sólo le queda rezar para que ninguno regrese del éxodo FIFA arrastrando alguna lesión o molestia.
Apuros en el parón
En el próximo parón, Pintus tendrá que contentarse con seguir planificando al detalle lo que viene. Más sobre el papel que en el césped. Porque mirando la actual plantilla y considerando las últimas listas de las diferentes selecciones, es muy factible que sólo se queden en Valdebebas al cuidado del italiano apenas cinco madridistas: Courtois (si no retorna con Bélgica), Lucas Vázquez, Fran García, Vallejo y Ceballos. Más Alaba y Camavinga, aún inmersos en sus recuperaciones.
Los metabolímetros que empleó ayer y que volverán a aparecer en marzo, son una aportación tecnológica que no es, ni de lejos, lo más avanzado con lo que trabajan los futbolistas blancos, acostumbrados a emplear los más diversos gadgets de última generación para ayudarse en su preparación. Desde las gafas de realidad virtual que empleó Tchouameni para hacer un cursillo acelerado cuando le tocó ser por primera vez central, contra Osasuna el curso pasado, a la fiel compañera de los lesionados en el cruzado, la cinta de correr antigravedad. La Anti-Gravity Treadmill se desarrolló con tecnología de la NASA y se utiliza para que los lesionados puedan correr sin cargar todo su peso en la articulación dañada. Alaba, por ejemplo, la sigue empleando en su rutina de ejercicios.
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