El lustro de Corona: 231 millones en ventas, 51 para refuerzos

Miguel Ángel Corona puso punto y final a su etapa en el Valencia, que se ha prolongado durante seis años desde su llegada de la mano de César Sánchez. Un lustro con más oscuros que claros, en el que el Valencia no ha pisado Europa, en los que el equipo se ha anclado en la pelea por evitar el descenso y cuya única alegría fue la final de Copa del Rey de Sevilla de 2022, en la que cayó por penaltis contra el Real Betis. A Corona la llamada del Panathinaikos le ha permitido abrirse a sí mismo la puerta de salida.

Su continuidad estaba en entredicho desde que se quedase en tierra en el viaje a Singapur de Javier Solís y Carlos Corberán, del que regresaron con Ron Gourlay como CEO de Fútbol. Corona puede decir que participó en la confección de la actual plantilla y ha sido él quien ha dado el primer paso para romper su contrato indefinido. Quizás lo haya hecho ‘cinco minutos’ antes de que el club lo hiciera. La rescisión ha sido de mutuo acuerdo. A corto plazo los planes de reestructuración de Ron Gourlay eran otros y de hecho se mantienen los técnicos que incorporó el propio Corona. El escocés tiene ahora que encontrarle un sustituto, una persona que sea el enlace entre el CEO y el primer equipo.

Seis entrenadores y tres presidentes

Desde que Corona se puso al frente de la dirección deportiva, a raíz de la dimisión de César Sánchez en junio de 2020, por el Valencia han pasado 45 refuerzos (la mayoría en calidad de cedidos), se han producido 55 salidas (incluyendo las de los jugadores que acababan contrato tras cesión) y han dirigido al equipo seis entrenadores: Voro, Javi Gracia, Bordalas, Gattuso, Baraja y Corberán. En este tiempo, Corona ha trabajado con Anil Murthy, Layhoon Chan y Kiat Lim de presidentes y en su última etapa tuvo que adaptarse a una nueva figura en el organigrama: el CEO de Fútbol.

La relación de Corona con los distintos entrenadores acabó siendo más de odio que de amor, principalmente por las estrecheces económicas con las que le tocó lidiar a la hora de confeccionar las plantillas. Como empleado del club que era, aceptó el modelo de negocio de Peter Lim, una forma de proceder que ha llevado al Valencia a la mediocridad deportiva en la que habita. Ahí radica la penitencia reputacional de Corona con los aficionados. Sin embargo, tal fidelidad a la propiedad fue correspondida con un escueto comunicado de adiós de 31 palabras.

Del Valencia que cogió Corona al que deja solo quedan tres futbolistas: José Luis Gayà, Thierry Rendall y Diakhaby. Entre medias, la descapitalización del equipo ha sido constante, desesperante, frustrante. El valor de mercado de la plantilla en la temporada 2019/20 ascendía a 427 millones; el de la actual es de 166 millones. En su primer verano a Corona le tocó despedirse de referentes del Valencia campeón de Marcelino. Para desdicha de Javi Gracia, lo único que le dejó fichar Lim (y ya en enero) fue a Ferro, Oliva y Cutrone, los tres primeros fichajes de Corona.

Los cinco fichajes más caros de la era Corona, por este orden, fueron: Marcos André (8,5M€.), André Almeida (8), Pepelu (5) Cenk (5) y Ugrinic (4). Seguramente su fichaje más rentable sea el de Hugo Duro, por rendimiento (154 partidos, 40 goles, 14 asistencias) y coste (4 millones). El ránking de refuerzos random tiene un claro aspirante a liderarla: Maximiliano Caufriez. La era Corona será también recordada por el quiero y no puedo en un sinfín de operaciones aparentemente sencillas en un Valencia con una gestión ‘normal’ (Carlos Vicente, Capoué...) o por fichajes frustrados sobre la bocina del mercado (Rafa Mir, Sadiq...).

Corona dispuso para reforzar el equipo de 51 millones de los más de 230 que se han recaudado por ventas en los últimos 9 mercados (cinco de verano y cuatro de invierno). Todo ello con una reducción anual del Fair Play de la Liga, que en ocasiones hasta era más ‘benévolo’ de lo que el propio Lim permitía destinar al coste de plantilla. De ahí que su mantra fuera siempre tratar de convencer al entrenador de turno de que los mejores fichajes que podía tener era precisamente la no venta de alguno de los referentes. Con Corona se acaba la etapa del ‘management local’; el ciclo Gourlay entra en una nueva fase; la era Lim continúa.

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