El Getafe late al ritmo de Luis Milla
El centrocampista madrileño está en uno de sus mejores momentos y celebró los 100 partidos de azulón con dos asistencias.

En un Getafe que ha arrancado la temporada como un martillo —9 puntos de 12 posibles, segundo en la clasificación—, hay un hombre que se ha erigido en faro y brújula: Luis Milla. El centrocampista madrileño no solo ha jugado prácticamente todos los minutos de este inicio de campeonato, sino que ha asumido un rol de líder silencioso que se refleja en cada pase, cada recuperación y cada gesto de inteligencia dentro del campo.
El rey de la asistencia
Milla encabeza la clasificación de asistentes de LaLiga con 4 pases de gol en 4 partidos, una estadística que habla por sí sola. Su partido más redondo llegó en el 2-0 frente al Real Oviedo, donde regaló los dos tantos que sentenciaron la victoria azulona, como hiciera en el Sánchez Pizjuán. Es el tipo de futbolista que no necesita adornos: interpreta los espacios, detecta la carrera del compañero y ejecuta con la precisión de un cirujano.
Datos que explican su influencia
Más allá de las asistencias, los números dibujan a un centrocampista total. 88% de precisión en el pase, garantía de seguridad en la circulación, 6,3 recuperaciones por encuentro, tercer mejor centrocampista de LaLiga en este apartado y 72% de duelos ganados, un registro que combina fuerza e inteligencia en la disputa.
Su impacto no se limita a los datos, pero estos ayudan a explicar por qué es ya un jugador diferencial en este arranque.
En el engranaje bordalista, donde la intensidad y la disciplina son dogma, Milla se ha convertido en el pilar que da equilibrio al centro del campo. Su capacidad para ofrecer siempre una línea de pase facilita la salida limpia de balón, y su presencia libera a Arambarri, que gracias a él puede llegar con más frecuencia y libertad a posiciones ofensivas, donde se desató la pasada campaña como un goleador total. Lo que antes era un doble pivote de contención, ahora es también un generador de juego con Milla como eje.
El momento de su madurez
A sus 30 años, Milla parece haber encontrado el punto exacto de madurez futbolística. Bordalás le ha dado galones y él responde con liderazgo silencioso, sin grandes gestos, pero con la autoridad que da rendir cada semana. Incluso cuando tuvo que retirarse unos minutos en el descuento ante el Sevilla por unas molestias, el equipo sintió su ausencia: prueba de lo mucho que depende el Getafe de su brújula.
Un espejo del propio Getafe
El estado de forma de Milla es también un reflejo de este Getafe: un equipo que no presume de millones ni de nombres rimbombantes, pero que compite con rigor, saca petróleo de cada jugada y sorprende a los grandes. En un campeonato dominado por estrellas mediáticas, el liderazgo de un centrocampista trabajador y cerebral como Milla recuerda que el fútbol también se gana con los pies bien plantados en el barro.
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Hoy, el Getafe sueña en grande. Y lo hace al compás de su metrónomo, Luis Milla, que cumplió este sábado 100 partidos con la camiseta azulona y ha empezado la temporada como el jugador que conecta la fe de Bordalás con la ilusión de todo un estadio.
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