“El futuro es el estadio-transformer”

“En este pequeño estudio de Madrid, hemos innovado más que otros arquitectos muchos más grandes, aquí hemos hecho realidad el primer estadio que se enfría en Qatar, el primero biocívico en Belgrado, el primer estadio desmontable y transportable en el 974 de Doha...”, reflexiona Mark Fenwick, cofundador de Fenwick Iribarren Arquitects y una de las voces más autorizadas en arquitectura de recintos deportivos. Lo hace en su sede de Madrid, donde recibe a AS flanqueado por dos de sus proyectos que más están dando que hablar. Por un lado, el mencionado 974, esa joya edificada a base de contenedores industriales ubicada en Doha, pero capaz de transportarse a cualquier otro rincón, que se convirtió en el recinto más visitado del último Mundial. Por otro, el Nou Mestalla, proyecto dilatado en el tiempo que nació siendo una cosa y verá la luz convertido en otra, un ejemplo de recinto moderno, funcional, integrado en la ciudad y capaz de acoger los mayores eventos deportivos del planeta. Además, el arquitecto, uno de los protagonistas del congreso Estadios Summit que se celebra este jueves en Madrid, avanza cuál será el futuro de los estadios: “Serán transformes”.

España vive un boom del ladrillo. Los clubes profesionales prevén alcanzar en 2027 una inversión de 4.000 millones de euros para rejuvenecer su parque de estadios. Algunos remodelando el que ya tenían, mientras que otros construyendo uno nuevo. Como es el caso del Nou Mestalla. “En el Mundial 2030 debe estar… y estará”, zanja rápidamente Mark, sin ninguna duda sobre la inclusión del nuevo estadio del Valencia en la cita mundialista que está organizando España junto a Portugal y Marruecos. Fenwick, autor de la Guía UEFA de Estadios de Calidad y las Directrices de Infraestructuras Sostenibles de Estadios, celebra con ilusión poder firmar “dos hat-tricks en Mundiales”, como denomina a dejar su nombre en tres estadios donde se disputó Qatar 2022 y otros tres en la histórica cita de 2030, en el que el Nou Mestalla, el RCDE Stadium y la reforma del José Alvalade de Lisboa han estado bajo su dirección.

Dos experiencias mundialistas muy diferentes, reconoce. “Una cosa es crear donde no había, como en Qatar, y otra muy diferente lo que estamos haciendo en España y Portugal, que es transformar los que había para que sean de nueva generación y más participativos con la ciudad”, expresa Mark, dejando dos pinceladas sobre las que gira buena parte de la conversación, la transformación y la integración.

“Porque estamos transformando recintos obsoletos en máquinas de hacer eventos, temas comerciales… Y por qué no decirlo, en hacer dinero. Puede sonar mal, pero no debería. No hay nada peor que un club arruinado. Y cuanto más dinero, mejor equipo, mejor estadio, más servicios para los aficionados… El dinero que se gana se suele reinvertir en el club. Esa nueva vida es la que busca el Bernabéu, el Camp Nou… y nosotros en Valencia o Lisboa”, explica Mark, quien suele recurrir a una frase que cada vez define mejor la evolución de los estadios de fútbol, “lugares en los que se celebran muchas cosas y, de vez en cuando, se juega al fútbol”.

Y los datos le dan la razón. En 2024, los clubes españoles realizaron 500 eventos en sus estadios en días de no partido; mientras que en julio de 2025 ya habían sobrepasado los 620. El Metropolitano es uno de los grandes ejemplos en cuanto a la nueva vida de los estadios, ya que ronda los 200 eventos al año en días de no partido. “Los estadios son edificios multiusos fantásticos, puede haber 20-30 eventos a la vez”, afirma Mark. Una tendencia que también se ve en Inglaterra, donde los clubes de la Permier promedian entre 80-100 eventos al año en sus campos cuando no hay partidos.

Por eso, Fenwick desvela hacia dónde va la idea del estadio del futuro y un concepto realmente innovador: “El estadio transformer”. “Ese es el futuro. Un recinto donde yo pulse un botón y la cubierta se mueve, el césped desaparece, las paredes se mueven para priorizar la ventilación o la acústica… Y el estadio se ha convertido en otra cosa. En eso estamos investigando”. Y asegura que el caso del ruido del Bernabéu ha servido de aviso para todos los arquitectos: “La acústica es importante y no es fácil de arreglar. El Bernabéu lo está viendo. Hay una cierta dificultad en hacerlo. Si quieres hacerlo acústicamente entero lo tendrías que cerrar entero y sería un arena”. Aunque defiende el uso de los estadios para este tipo de eventos: “Los conciertos es otro mundo, genera muchos ingresos e interés para la ciudad. Hay decenas de miles de personas que quieren ir. Dotas a la ciudad de un sitio para ello”.

Esta innovación ‘transformer’ llega con una nueva filosofía de vida: “Una nueva generación de estadios que hagan partícipes a la ciudad. Las maquetas de los recintos también deberían ser de la ciudad que le rodea, cómo le afecta, los ejes, cómo transforma la zona”. “Que eche raíces”, asegura un Mark Fenwick que quiere implantar, como se verá en el Nou Mestalla, una nueva tendencia arquitectónica: la ciudad mediterránea. “Hacer que los estadios tengan un gran balcón hacia la ciudad. Tienes una doble vertiente, permitiendo crear espacios que no tiene el Bernabéu o el Metropolitano. Tienes terrazas alquilables”, afirma.

España rejuvenece sus campos más míticos, muchos de ellos construidos para el Mundial 1982, aunque Fenwick no se atreve a dar una fecha de caducidad de los que hacen ahora. “Lo que tienen es que estar preparados para el futuro. Que sean flexibles, porque no sabemos si se necesitará un auditorio o un espacio para realidad virtual, por ejemplo. Lo que sí parece es que seguirán estando, porque la emotividad de ver un deporte en directo no lo da ninguna pantalla. Y parece que así seguirá. Al fin y al cabo, los estadios siguen siendo casi igual desde los romanos. Un estadio de fútbol moderno y el Coliseo, en esencia, son prácticamente lo mismo”.

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