“El fútbol se está volviendo muy robótico”
En una entrevista con The Guardian, Pedri analiza su irrupción en el Barcelona y la selección española y habla sobre la canariedad de su juego.
Pedro González López, Pedri, irrumpió con fuerza en el primer plano del fútbol español, participando en hasta 73 encuentros durante la temporada 2020-21, la de su debut en el primer equipo del Barcelona. Recibió la llamada de Luis Enrique para representar a España en la Eurocopa. También lo hizo en los Juegos Olímpicos. Cerró el curso ganando su primera Copa del Rey y el premio Golden Boy. Su cuerpo, sin embargo, dijo basta y la pasada campaña solo pudo disputar 12 encuentros de liga. “Me encanta jugar, pero descansar está bien”, explicó en una entrevista para el periódico inglés The Guardian. “Fue una locura, y parecía que en cada partido llegaba a la prórroga. Siempre que pasaba pensaba que no podía ser cierto. Todo fue muy rápido, pero al final de temporada estaba muy cansado”.
Su canariedad y las comparaciones con Valerón y Silva.
“No creo que hay un modelo canario, no exactamente. Pero hay similaridades entre jugadores e ideas, es el concepto de jugar como en la calle o en la playa. El clima influye y vayas dónde vayas en las Islas Canarias te llevas la pelota. Es algo que se ve, es gente que regatea, que tiene la pelota, que disfrutan con ella. No es lentitud, es pausa para que lo rutinario sea inesperado”.
“Los futbolistas estamos en una posición privilegiada y la gente nos escucha, y para un canario el océano es muy importante. ¿Qué haríamos sin él? Es nuestro futuro, nuestra vida, y tenemos que cuidarlo y hacer que la gente tome conciencia de la necesidad de utilizar menos plástico. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?”.
Jugar para disfrutar.
“Recientemente creo que están saliendo más futbolistas que corren mucho, más que jugadores técnicos que entiendan el juego. El fútbol se está volviendo más robótico pero aún quedan algunos que rompen las reglas. Yo juego para disfrutar. Siempre lo hago, y eso es lo mejor que puede hacer un futbolista. Si disfrutas jugarás mucho major”.
Barcelona, el mejor lugar para desarrollar su juego.
“Intentaría hacer mi juego allá donde estuviese, pero es verdad que en cualquier otro sitio sufriría más. Algunos clubes están satisfechos ganando, sea como sea. El Barcelona quiere ganar, pero jugando con la pelota, creando ocasiones… este fútbol me gusta más”.
“Xavi tiene una idea muy clara, un modelo, y nos explica muy bien lo que cada uno tiene que hacer: los mediocentros deben estar entre líneas, que la pelota se mueva de un lado a otro. Intenta inculcarnos las cosas que hacía como jugador, que era espectacular. Los interiores tenemos que aguantar la posición. Si estás fuera de tu sitio y pierdes la pelota, entonces no puedes presionar como hace falta. No vas a llegar. También quiere que los interiores nos giremos y encaremos la portería”.
Sobre Iniesta y Busquests.
“Iniesta siempre pareció ser buena persona. Y tenía la calma para jugar simple, hacer las cosas más fáciles de lo que son. La forma en la que podía dejar a alguien atrás cambiando de marcha siempre me fascinó.
“Busquets tiene que aguantar, atraer al rival, dejar a alguien en un uno contra uno. Sabemos que puede encarar a cinco o seis rivales e irse de ellos. Atraer oponentes y arrancar solo. Hay que tener confianza en uno mismo para hacerlo. No tienes tiempo para pensar, pero confías en tu habilidad, y se nota cuando no la tienes. Hay que ser valiente también, y fuerte físicamente para tomar esos riesgos. No es fácil. Pero es una valentía distinta. Cuando peor va el Partido, en el centro del campo tienes que tener confianza para pedir la pelota y mantenerla”.
Una familia futbolera.
“Mi hermano Fernando vive conmigo. Cuando vuelvo a casa, aunque haya hecho un partidazo, me recuerda los errores que he cometido. Es un poco molesto, pero me viene bien, intenta ayudarme a mejorar. Era un buen jugador. Muy tranquilo, un centrocampista defensivo sin mucha brega. Cuando íbamos a Bajamar a jugar. En cualquier parte: en la playa, en el patio, en la calle, en cualquier sitio en el que hubiese espacio. Había bolardos para los coches, y eso eran nuestras porterías, o dos camisetas”.
“Mi padre era portero. Cuando jugábamos niños contra padres él se ponía de portero, aunque al día siguiente no podía moverse. Era bueno, iban con todo, pero no nos ganaron”.