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VILLARREAL-BARCELONA

El fichaje de ‘Big Ben’ se cocinó en Londres, Marbella y Valencia

El delantero Ben Brereton llegó al Villarreal este mercado de verano con la carta de libertad tras marcar 38 goles en sus últimos dos años en Inglaterra.

Ben Brereton, en su presentación.
Ángel Sánchez

El Villarreal incorporó este verano a coste cero a un delantero que en las dos últimas temporadas ha marcado 38 goles en el Blackburn Rovers: Ben Brereton Díaz (Stoke-on Trent, 1999). Big Ben, como le ha apodado esta semana el comunity manager del Villarreal, es tan inglés como la torre del reloj de Londres, aunque en homenaje a sus padres decidió representar a Chile, donde solo por su elección es un fenómeno de masas y la retahíla de periodistas chilenos que le acompañan lo constata.

El Villarreal se hizo a fuego lento con los servicios de este peculiar delantero, del que Quique Setién destaca su “personalidad” y “omnipresencia”. Desde hace dos años, Ben Brereton está en el radar amarillo, que ha estado pendiente de su situación contractual. El Villarreal, como otros clubes, entre ellos el Valencia, andaban tras el chileno a finales de 2021. En junio acababa contrato, si bien, el Blackburn Rovers ejecutó una opción unilateral para ampliarle un año más. Pero el Villarreal no cejó en su empeño, incluso aprovechó tal coyuntura para hacerle un seguimiento más exhaustivo durante toda la pasada campaña.

Así, con el convencimiento de que era el delantero a incorporar, el Villarreal inició los contactos en enero de 2023, una vez a Ben Brereton tan solo le restaba medio año de contrato. Hubieron reuniones con él y su entorno en Londres, Marbella y Valencia. Allí le presentaron el proyecto y le convencieron. Sus 16 goles -Championship, FA Cup y EFL Cup- hicieron que a su puerta llamaran diferentes clubes, entre ellos varios de la Premier, si bien, Ben Brereton lo tenía claro. Hasta el punto que decidió pasar sus vacaciones en la Comunitat Valenciana y sus tres exigencias en los días previos a empezar la pretemporada fueron una casa donde vivir con su familia, un coche para desplazarse por sí mismo a la Ciudad Deportiva y un profesor de castellano, porque aunque juega con Chile es más de Shakespeare que de Cervantes.