El Espanyol se ilusiona sin despegar los pies del suelo
El equipo celebra su 125 aniversario en racha, con una afición entregada y Europa todavía muy lejos
Los 18 puntos en 10 jornadas, la victoria ante el Elche, el 125 aniversario, el cambio de propiedad, los más 30.000 espectadores en Cornellà-el Prat… Todo en el Espanyol es felicidad. El equipo y la entidad atraviesan el momento más dulce de las últimas décadas, con una esperanza renovada y la confianza ciega en un equipo que semana tras semana demuestra que está para algo más que luchar por la permanencia. Nadie quiere lanzar las campanas al vuelo, todos llaman a tener los pies en el suelo, pero es evidente que este Espanyol ha cambiado radicalmente desde la llegada de Manolo González: “Estamos muy contentos por celebrar los 125 años con victoria. Fue increíble. Somos una familia para lo bueno y para lo malo”, explicó Pere Milla.
Seguramente pocos como Milla encarnan el giro copernicano que ha vivido el Espanyol en dos temporadas. De ser criticado y silbado, de ser señalado por la afición, a conseguir aplausos y un reconocimiento unánime por parte de la grada: “Quiero darle las gracias a la afición por el apoyo que me dan aunque a veces no salgan las cosas. Hay que picar piedra. Soy así, aunque no salgan las cosas hay que ir para delante. Estoy contento por la afición en un día tan importante”, explicó Milla. Y dejó un mensaje claro: “Vamos a por más”.
Ese “más” son evidentemente más victorias, más puntos y más alegrías. Unas victorias que acercarían irremediablemente una clasificación europea a final de temporada. Por el momento el Espanyol ya ocupa uno de esos puestos, aunque queden más de dos tercios de Liga: “A todos nos gusta mirar hacia arriba. Todo futbolista quiere estar ahí arriba pero hay que ser realista. Lo primero es salvarnos, luego veremos dónde llegamos. Es bueno acostumbrarse a ganar, el equipo se siente bien y tenemos muy buenas sensaciones”, explicó Romero, el goleador ante el Elche. El lateral, otra de las claves del buen hacer del equipo, no esquivó la palabra ‘maldita’ en el club blanquiazul. Eso sí, con cautela: “Ojalá lleguemos a Europa pero es muy pronto para pensar en eso”.
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El buen hacer del equipo es multifactorial y tiene muchos responsables, con Fran Garagarza y Manolo González a la cabeza. Pero quizás de forma más silenciosa, y con un papel complicadísimo como era sustituir a Joan Garcia, Dmitrovic se ha erigido como una pieza fundamental para el equipo. Ante el Elche volvió a dejar la portería a cero con intervenciones de mérito: “Siempre es mejor portería a cero que encajar, pero lo importante es sumar de tres y sobre todo marcar más que el rival. La portería a cero es importante porque con un gol ya son tres puntos. No se podrá siempre, pero tenemos que intentarlo al máximo”, explicó el serbio. Y, veterano como pocos en la plantilla, quiso bajar el soufflé: “Es muy bonito ver la clasificación pero sabemos de la importancia de no despistarse. Cada partido es otro mundo, podemos ilusionarnos pero el trabajo no está hecho. Si se despierta el equipo puede entrar en una racha negativa. Hay que mantener la misma ilusión, las mismas ganas como si fuera la primera jornada”, explicó el portero. Un futbolista que ha caído de pie en el Espanyol y que ‘alucina’ con el ambiente en el estadio: “Jugar de local se disfruta mucho. Nada que decir que no sea superlativo. Estoy muy feliz e ilusionado, disfruto cada segundo estando en este club”.
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