El Espanyol honra al legendario José María: “No sé por qué soy un ídolo”
Integrante de los Cinco Delfines, tercero en dos Ligas, sólo Tamudo y Argilés han jugado más de blanquiazul. En el ambiente se coló la lucha actual por la salvación: “Lo van a conseguir”.
“Es el futbolista no nacido en Catalunya que más ha jugado con la camiseta del Espanyol”, advirtió Xavier Salvatella, impecable maestro de ceremonias de un homenaje inmenso, el que recibió José María García Lavilla este jueves por la tarde en el Auditori Juan Segura Palomares del RCDE Stadium. A sus 80 años, el insigne miembro de la delantera de los Cinco Delfines sigue siendo el tercero con más partidos en la historia perica, 344 (sólo por detrás de Raúl Tamudo y Antoni Argilés), con 59 goles, entre 1965 y 1976. Esta vez se la enfundó una vez más.
“Aquí me encontré tan bien, con tanta buena gente, que 11 años me parecieron pocos. Sólo tengo palabras de agradecimiento para este club, la gente, la ciudad… Fue increíble”, expresó un emocionado José María, acompañado por toda su familia. Y modesto. Sobre todo, modesto. “La gente del Espanyol quiere a todos los jugadores, pero yo no sé por qué soy un ídolo. Ha habido jugadores mejores que yo”, aseguró. Y añadió: “Siempre me molestó que se hablara tanto de los Delfines y no de la gente importante que teníamos detrás. Se fue un poco injusto”.
Con suma elegancia, y la complicidad de un sinfín de excompañeros, recordó José María cómo su fichaje desde el Oviedo, en 1965, “fue complicado. Yo no aceptaba las condiciones del Espanyol y al decírselo a mi padre me contestó ‘tú quién te crees que eres’. Me volvieron a llamar pero tampoco llegamos a un acuerdo, así que mi padre me trató muy mal. A la tercera, aceptaron mis condiciones”. En dos ocasiones alcanzó el Espanyol con el gran atacante asturiano en sus filas el podio de la Liga. “Que vuelva pronto aquel Espanyol”, aseveró el homenajeado.
“Siempre me molestó que se hablara tanto de los Delfines y no de la gente importante que teníamos detrás”
“El Espanyol es tu club y siempre lo será”, le profirió otra leyenda, Rafa Marañón, en un bonito y divertido discurso: “Yo fuy fan tuyo. Tú no lo sabes, pero te fui a ver jugar a Pamplona, me gustaba cómo jugabas. Después nos enfrentamos, pero te seguía admirando. Y en esas que llegué al Espanyol y me cediste el 10, lo cual me supo a gloria”.
Por su parte, explicó Dani Solsona la anécdota de que a José María “en el vestuario le llamaban ‘calvo’. Yo, que era muy joven, al principio no se lo decía, pero un día se me ocurrió llamarle así. Se giró y me dijo: ‘chaval, José María”.
Otro de los Delfines, José María Rodilla, coincidió con el homenajeado en que “era el conjunto lo que hacía que los demás pudieran brillar”. Y rubricó: “José María era la calidad personificada, la izquierda mágica”. Cayetano Ré, Carmelo Amas y Marcial Pina completaban aquella delantera mítica.
“José María era la calidad personificada, la izquierda mágica”
Mao Ye, Toni Alegre y Domingo Catoira representaron en el acto al Espanyol, en calidad de CEO, subdirector general y director deportivo, respectivamente. También arroparon al homenajeado otros exjugadores como Iñaki Pérez de Arrilucea, Fernando Molinos, Raúl Longhi, Joan Josep Bertomeu o Pepín Cabezas, además de la hija del tristemente fallecido Rafael de Diego.
Antoni Fernández Teixidó, presidente de la Fundació, organizadora del acto, y Ton Roig, su homólogo en las peñas, asistieron igualmente, como los exdirectivos José Luis Perelló y Sergio Oliveró. No en vano, fue el propio Teixidó quien interpeló a Catoira a transmitir a la actual plantilla los valores de aquel Espanyol de hace 50 años: “No esperamos milagros, sino compromiso como el de aquella gente y el de una afición que de toda la vida anima”, sentenció. “Lo van a conseguir”, le respondió con rotundidad José María, en el cierre de un acto merecidísimo.