El emotivo adiós de Krychowiak: “No me arrepiento de nada...”
El ex del Sevilla, que ganó las Europa Leagues de 2015 y 2016, anuncia su jubilación a los 35 años y tras estar varios meses sin equipo. Fue 100 veces internacional con Polonia.
El pivote polaco Grzegorz Krychowiak anunció a través de sus redes sociales que se retira del fútbol después de 16 temporadas de carrera profesional desde que debutara en la Ligue 1 de Francia con el Girondins de Burdeos. Tras terminar contrato el pasado verano en el Anorthosis de Chipre, ha decidido ahora colgar las botas.
Krychowiak, de 35 años, es uno de esos futbolistas que dejaron huella (y mucho dinero) en el Sevilla, a pesar de haber militado apenas dos campañas en el club de Nervión. Dos Europa Leagues, las de 2015 y 2016, ganó con los blanquirrojos, que le ficharon del Stade de Reims en el verano de 2014 a cambio de cinco millones de euros y le vendieron al Paris Saint-Germain dos años después, por casi 28 millones.
Krychowiak tiene esos dos títulos europeos como lo mejor de un palmarés que incluye también la Copa de Francia, la Copa de la liga gala y dos Copas y una Supercopa de Rusia, estos tres últimos triunfos con el Lokomotiv de Moscú, donde militó varias campañas. También pasó por el Nantes, el West Brom de la Premier, el Krasnodar, el AEK de Atenas, Al Shabab y el Abha de Arabia Saudí.
Krychowiak fue internacional en 100 ocasiones con la selección de Polonia, con la que marcó cinco goles y disputó dos Mundiales y dos Eurocopas, con los cuartos de final de Francia 2016 como su mejor clasificación.
Ésta es su despedida a través de las redes:
“Ha llegado el momento de nuevos retos. El fútbol me ha formado no solo como jugador, sino sobre todo como persona. Soy un futbolista pleno; no me arrepiento de nada ni cambiaría nada.
Acepto mi carrera tal como ha sido: con momentos de alegría y éxito, pero también con otros más difíciles que me han enseñado tanto. Agradezco de todo corazón a la afición que me ha acompañado en las buenas y en las malas, a todos los jugadores con los que he tenido el honor de compartir el campo y a todos los que me han apoyado en este camino.
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Gracias a mi familia y a mi querida esposa; sin ustedes, nada de esto habría tenido sentido. El fútbol merece la pena jugarlo…“.
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