El diván de Quique Cárcel
El director deportivo del Girona advirtió al inicio de curso que el objetivo era ‘solo’ la permanencia. Ello provocó “que me llamasen falso humilde, la gente se reía”. Una vez sellada la salvación, “toca analizar qué ha pasado”.
Girona amaneció, este jueves, tranquila. La salvación matemática ya es un hecho y el bloque de Míchel Sánchez afrontará las dos jornadas de Liga que le restan (ante Real Sociedad y Atlético de Madrid) sin presión. El objetivo, sumar lo máximo posible para escalar en la clasificación e intentar dar el mayor brillo a una temporada que ha sido una montaña rusa. Desde el club se indica que ya habrá tiempo para ver “qué ha ido bien y qué no tan bien”, pero Quique Cárcel, director deportivo del Girona, avisó que “ya le diré a cada jugador a la cara si ha tenido un mal rendimiento o no. Yo sé que todos han intentado dar el máximo en todos los partidos, pero es verdad que las cosas no han salido”.
Cárcel no acostumbra a escapar de la realidad y fue el primero en comentar que “hemos tenido una segunda vuelta complicada. Es verdad que ha sido un curso fantástico por el hecho de poder vivir la Champions League, pero la segunda vuelta ha sido mala y tenemos que analizar profundamente qué ha pasado. Hemos vivido la sensación de presión, hemos revivido lo que pasó hace años (la temporada 2018-19, el equipo estuvo diez jornadas sin ganar y descendió a Segunda) y el ambiente que se ha generado no es bueno. Hemos sufrido mucho”. A nivel personal, claro, ha sufrido y explicó que “he vivido toda esta situación con sensación de agustia y responsabilidad. Al principio de temporada ya fijaba el objetivo en la permanencia y por ello se me llamó falso humilde y la gente reía. Se ha demostrado que el fútbol es muy complicado y se tiene que afrontar desde la humildad”.
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El análisis más profundo se realizará una vez finalice la temporada, pero Cárcel defendió que “se hizo una plantilla para competir en Champions y lograr la permanencia en Primera. La clave en el club es sumar años en Primera, consolidarnos y lo estamos cumpliendo”. Sin entrar excesivamente en nombres, el director deportivo no pudo evitar alabar la figura de Cristhian Stuani. El charrúa, artífice de la salvación, tiene un hueco fijo en el club y, con contrato hasta 2026, aún le queda cuerda: “Esto va de rendimiento y mientras siga dando rendimiento tiene que estar cerca del equipo y el club. Por mí, Stuani tiene que seguir el próximo año”. Igual que Míchel: “Como entrenador es magnífico, igual que como persona. Todo el curso ha estado peleándose e intentando que el equipo fuese bien. Solo tengo palabras de agradecimiento de tenerle al lado, de trabajar con él y de la persona que es”.
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