El deseado y el descartado tampoco arrancan
Juninho y Alerrandro, los delanteros por los que el Sevilla pujó antes de fichar a Akor Adams, dan un rendimiento mediocre en el Flamengo y el CSKA.
Le ha caído encima el sambenito a Víctor Orta de que los delanteros que ficha para el Sevilla no marcan goles. Y el problema es que no es para nada injusto, porque en 66 jornadas ligueras disputadas desde que es director deportivo del Sevilla el número de tantos anotados por Mariano, Alejo Véliz, Iheanacho y Akor Adams asciende a un total de cero. Al último aún no se le puede juzgar porque ha jugado dos ratitos entre los que ha habido una lesión muscular importante, pero el ariete nigeriano tuvo competencia en enero para llegar a Nervión y tampoco ha sido para tirar cohetes.
El Sevilla quemó las naves por Juninho, del Qarabag. Era el elegido y estaba todo apalabrado para que hubiera llegado a Nervión a principios de enero, por lo que García Pimienta habría tenido a su extremo, Vargas, y a su delantero con extrema prontitud. Pero el Flamengo, años luz por encima del Sevilla en lo económico en estos momentos, se entrometió y lo fichó. Sin embargo, el rendimiento de Juninho en su vuelta a casa no pasa de mediocre. De 12 partidos posibles, ha jugado nueve sumando solo 269 minutos, se ha quedado en tres sin convocar y, eso sí, ha marcado dos goles.
Víctor Orta había viajado a Azerbaiyán para negociar con Juninho y tras su frustrado fichaje, se fue a Brasil a hacerlo con Alerrandro. De hecho, regresó con un acuerdo cerrado y dejó al jugador preparando las maletas hasta que apareció el Montpellier rebajando sus pretensiones por Akor Adams y todo cambió. El que Alerrandro se encontrara fuera de forma por no estar ni de pretemporada, al parecer, fue determinante. Sin embargo, al CSKA de Moscú no le importó y apostó por él. Y en Rusia tampoco están descorchando champán por un acierto total. Alerrandro ha estado disponible en cuatro partidos. En el primero no fue convocado, en el segundo jugó ocho minutos y en los dos siguientes no salió del banquillo. Y, por supuesto, aún no ha marcado aunque puede jugar la carta de la adaptación.
El parón de selecciones debe servir a Akor Adams para ponerse a tono y demostrar en el final de temporada si puede salvar el gafe que existe en Nervión con los delanteros. Tanto con los que llegan como con los que se pretenden.
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