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El Darderismo llega a la grada

La renovación del mediocentro del Espanyol, quien mostró su total confianza e ilusión en el proyecto de Diego Martínez, multiplica la confianza de los aficionados a la espera del cierre del mercado.

Pancarta en el RCDE Stadium.
Joan M. BascuDiarioAS

Desde que llegara al Espanyol en 2017, Sergi Darder ha funcionado como un termómetro. Cuando él ha estado cómodo el conjunto blanquiazul ha funcionado y ha dado lo mejor de sí. Si el fútbol es un estado de ánimo, como apuntaba Jorge Valdano, el estado de ánimo del Espanyol es el de Darder, y su optimismo ha multiplicado la fe en el proyecto liderado por Diego Martínez en el banquillo. A la espera del cierre del mercado para configurar la plantilla, la renovación del capitán ha sido la mejor campaña de márketing de la entidad blanquiazul durante el verano.

En las cinco campañas, el Espanyol se guio por las sensaciones del de Artà. En el cruso 2017-18, el último de Quique Sánchez Flores, la infelicidad del técnico después del verano se trasladó rápidamente al vestuario y al mallorquín, quien además no acababa de converger con las ideas de juego y tuvo que actuar desplazo al costado izquierdo, como un extremo, en muchos encuentros. La incomodidad del mediocentro en el campo, en una época en la que se obsesionaba más con el fútbol, fue la del Espanyol. El equipo no función ese curso y Quique Sánchez Flores fue despedido.

En el verano de 2018 nació el Darderismo. La famosa entrevista del futbolista a TV3 que desembocó en ese “movimiento artístico” como decía Mao Ye, el CEO del club. Darder, embriagado por las ideas de Joan Francesc Ferrer Rubi, se inundó de optimismo ese verano en una campaña en la que el Espanyol llegó a la Europa League capitaneado por un mediocampo cien por cien fabricado en Sant Adrià con Marc Roca, Óscar Melendo y el propio Darder. “Es mejor creer en el entrenador que hacerle caso”, proclamó el jugador, que se mostró intranquilo y con malas sensaciones desde el comienzo del curso 2019-20, con David Gallego. El descenso fue inevitable, y el jugador tocó fondo emocionalmente.

Mao Ye, Darder y Catoira.
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Mao Ye, Darder y Catoira.Joan M. BascuDiarioAS

Lo comentó Darder el jueves en el acto de renovación y no paso inadvertido. El jugador le dedicó unas palabras de agradecimiento a Vicente Moreno por ayudarle en un momento difícil. Fue el verano de 2020 en el que el futbolista estuvo más cerca de irse del Espanyol. Desquiciado por cómo había ido el curso, encontró refugio en sus terapias psicológicas y cobijo en el nuevo cuerpo técnico, que le ayudó incluso a mejorar en ataque. Darder fue de nuevo feliz y dio un paso adelante en su juego, más agresivo y vertical. El Espanyol ascendió, cumplió su deber, y el curso pasado empezó con fuerza hasta que la temporada se escapó entre los dedos a partir de enero, una racha que erosionó la confianza de todos.

El futbolista, que llegó al Espanyol con 13 años, ahora vuelve a recuperar la ilusión y esta campaña la recuerda “a cuando fuimos a Europa”. De nuevo vuelve a creer en el entrenador, que además confía ciegamente en el de Artá y le ha puesto como ejemplo de lo que debe ser un profesional. El Darderismo viaja del vestuario a la grada. El cierre del mercado ayudará a agrandar la confianza o a empequeñecerla, aunque como recordó el mediocentro, en la la línea de Diego Martínez, lo importante es el equipo y no los nombres. Uno de los mandamientos del profeta Darder.