El cuarto central del Athletic, de nuevo, a la palestra
La lesión de Yeray saca del cajón un dilema que puede paliar la recuperación de Nolaskoain. Eguiluz, en la recámara. Fichar, algo poco probable.
Aunque en principio parecía que la lesión de Yeray Álvarez en el arranque del envite ante el Almería quedaría en un golpetazo en la pelvis, el parte médico ha encendido de nuevo las alarmas con el central con más predicamento del Athletic, que acababa de entrar en rotaciones tras superar una pubalgia y una lesión en el aductor en la pretemporada. Yeray padece una lesión muscular moderada-severa en el aductor largo de su pierna derecha. La consecuencia estriba en un mes de baja, aproximadamente. Por tanto, el zaguero de Barakaldo podría perderse los partidos de después del parón por selecciones ante Barcelona, Valencia, Celta y Villarreal.
Una ausencia sensible que deja solos a Dani Vivian y Aitor Paredes como centrales específicos de una plantilla del Athletic, con el debate de la ausencia de un cuarto central en el debe de la planificación anterior. La recuperación de Peru Nolaskoain, inédito esta temporada por una un esguince del ligamento lateral externo de su rodilla derecha desde el 18 de agosto, amortigua el bofetón a la línea de flotación de Ernesto Valverde. El polivalente jugador de Zumaia sigue entrenándose con el grupo esta semana, por lo que entrará en liza en la lista ante el Barça del domingo 22. Nolaskoain conoce el oficio y es muy capaz de asumir este rol de cuarto central. El joven del filial Unai Eguiluz aguarda en la recámara y Yuri Berchiche podría actuar de central por la izquierda, como confesara el propio Valverde.
La posibilidad de fichar en el mercado un central para parchear la zona es más que improbable por la peculiar filosofía del club y porque el nivel debería ser de empaque. Ya el pasado verano sólo se contempló por la dirección deportiva del Athletic las variables, muy complejas, de Laporte y Azpilikueta, para apuntalar la demarcación de este sensible eje, sin barajar en otras alternativas más terrenales como la de Hugo Guillamón.