El ‘Clásico del Judo’
A Lewandowski, Tchouameni y Camavinga les une ese arte marcial. Los tres lo practicaron de niños. El padre del ariete fue campeón polaco y su mujer es una exitosa karateca...
Hoy se miden en un Clásico con una pelota de por medio pero quién sabe si podrían haberse cruzado, en vez de sobre el césped del Bernabéu, sobre un tatami. En la semana en la que se han celebrado los Mundiales de Judo en Uzbekistán, se da la circunstancia de que el mayor partido de fútbol del planeta tendrá a tres exjudocas como protagonistas: Lewandowski, Tchouameni y Camavinga. Los tres practicaron este arte marcial antes de centrarse en exclusiva en su carrera futbolística...
Al ariete del Barça no le quedó más remedio. Su padre, Kryzstof, fue campeón polaco de judo y también profesor. Uno de los que recibía lecciones era el propio Robert. “Mi papá era muy grande y muy fuerte, así que yo siempre terminaba en el suelo...”, ha recordado alguna vez el ariete polaco en entrevistas en las que recordaba su infancia. Su mamá, Iwona, fue jugadora de voleibol pero sus dos vástagos, el barcelonista y su hermana Milena, se lanzaron al fútbol. Aún así, la vida de Lewandowski no pierde de vista las artes marciales porque su esposa, Anna, ha sido campeona de Europa y subcampeona mundial de karate. Una disciplina que ha inculcado al delantero, que se cuida más que nunca porque ella es también nutricionista. Lewandowski, pese a ese historial, ahora se limita al boxeo sin contacto...
Aurélien y ‘Cama’, de la prolífica cantera gala
En el otro vestuario hay dos exjudocas de la prolífica cantera francesa: Tchouameni y Camavinga. Este último practicaba judo como su hermano mayor hasta que su madre, harta de que rompiera el mobiliario familiar con la pelota, le inscribió en un pequeño club de fútbol de Fougères, donde estaba refugiada la familia. Aquella decisión lo cambió todo.
Algo parecido le sucedió a su compañero de equipo. Tchouameni también se calzó el kimono y se adiestró en el judo hasta los nueve años, con cinturón amarillo. También, como a Camavinga, su progresión espectacular en su otro deporte, el fútbol, le sacó del judo. Hoy tendrán que conseguir el ippon, simbólicamente claro, contra el pichichi del equipo de Xavi.