El Celta pierde su ADN con Benítez
En la última alineación sólo hubo un canterano. El club presumía hace dos años de ser el equipo de las principales ligas europeas que utilizaba a más jugadores formados en su base.
La mutación que está experimentado el Celta, y que por el momento no cuenta con el aval de los puntos, va más allá de su modelo de juego. Con Rafa Benítez cotiza muy a la baja la posesión y otra caída significativa la protagoniza la cantera. Tanto es así que la presencia de jugadores de la casa en el once inicial está al borde de la desaparición.
A la conclusión de la temporada 2020-2021 en A Sede presumían de ser el club de las grandes ligas europeas que utilizaba a más futbolistas formados en sus categorías inferiores. Encabezaba esa estadística por delante de la Real Sociedad y del Athletic. En la recta final de aquella campaña era habitual que Eduardo Coudet confeccionase alineaciones con siete canteranos: Iván Villar, Hugo Mallo, José Fontán, Denis Suárez, Brais Méndez, Santi Mina y Iago Aspas. Aquel equipo se quedó a un paso de clasificarse para Europa.
Por todo tipo de motivos, la mayoría de los jugadores formados en ‘La Factoría de A Madroa’ que gozaban de la confianza del Chacho ya no se encuentran en Vigo. El Celta ha ido paulatinamente perdiendo el ADN celeste en su plantilla y en su actual proyecto, el del Centenario, únicamente hay tres canteranos con dorsal del primer equipo: Villar, Aspas y Kevin Vázquez. A ellos hay que añadir a tres futbolistas del filial que trabajan a diario a las órdenes de Benítez: Carlos Domínguez, Hugo Sotelo y Miguel Rodríguez.
En las ocho jornadas que van de Liga, el máximo de jugadores de la casa en una alineación se sitúa en tres. Esa cifra se alcanzó en cinco encuentros. Del once tipo que manejaba el técnico céltico hasta la pasada semana ha desaparecido Domínguez, sin minutos frente al Alavés y al Las Palmas, y en la última jornada el preparador madrileño sorprendió dejando en el banquillo de inicio al capitán Aspas. De este modo, en la isla de Gran Canaria la representación de la cantera en la formación titular se limitó al guardameta Villar.
Hace once meses, en el debut de Carlos Carvalhal como entrenador del cuadro gallego, se vivió una situación similar. A Madroa sólo estuvo representada en el once frente a Osasuna por uno de sus cachorros, por Aspas. Sin embargo, en aquel encuentro el técnico portugués no pudo disponer de dos canteranos que a esa altura del campeonato gozaban de la condición de titulares: Gabri Veiga estaba sancionado y Hugo Mallo, lesionado.
El peso perdido por la Denominación de Origen Celta queda de manifiesto en otra circunstancia que se dio en Las Palmas. Debido a la suplencia de Aspas, el brazalete de capitán le hubiese correspondido a Villar, pero lo portó el sueco Carl Starfelt -fichado hace dos meses-. Una decisión con el sello de Benítez.