El ‘Caso Olmo’ del Leganés que acabó con Serantes ‘cedido’ en el Cartagena B de Tercera División
En verano 2017 el Leganés dio de baja la ficha de su portero lesionado para poder incorporar a Amrabat, pero la norma le impedía repescarlo en enero como pasa con el caso Olmo. La solución: ‘cederlo’ al Cartagena B.
El Leganés ya vivió en 2017 un caso similar al que ahora está atravesando el FC Barcelona con Dani Olmo en la figura de Jon Ander Serantes, portero leyenda de los pepineros que, durante media temporada, fue cedido en secreto al Cartagena B de la Tercera Murciana para precisamente evitar lo que le está sucediendo a los culés con el mediapunta catalán, esto es, para poder reinscribir al guardameta una vez dado de baja su ficha.
Para ponerse en situación de este peculiar caso de ingeniería administrativa hay que hacer un poco de memoria. En noviembre de 2016, una temporada antes, Serantes se lesionó de gravedad en la rodilla y tuvo que decir adiós a aquella campaña de estreno pepinero en Primera División. El Leganés se salvó y al curso siguiente, ya en el verano de 2017, Serantes prosiguió con su puesta a punto. En Butarque había esperanzas de que pudiera estar a disposición de Asier Garitano con el comienzo de la temporada, así que, junto al resto de la plantilla, se procedió a su inscripción federativa en LaLiga. El alta se dio en el mes de julio.
La oportunidad Amrabat
El paso de las semanas, sin embargo, restó optimismo a la vuelta de Serantes y generó una situación inesperada de mercado el último día de aquella ventana estival. Con todas las fichas ocupadas, al Leganés se le presentó la oportunidad de fichar a Nordin Amrabat, internacional marroquí entonces en las filas del Watford. Era una oportunidad única que colocó al club en una diatriba: o mantenerle la ficha a Serantes o darle de baja visto que no estaría disponible hasta octubre-noviembre e incorporar a Amrabat.
Esta última opción tenía un inconveniente: tal y como le está pasando al Barça en el caso Olmo, si LaLiga daba de baja a Serantes, ya no podría inscribirlo de nuevo en todo el curso atendiendo al artículo 141.5 del reglamento de la Federación Española de Fútbol. Ni siquiera en el mercado invernal y aun estando a disposición físicamente para jugar. El panorama era complejo, así que el Leganés decidió realizar varias consultas institucionales que resolvieron una solución alternativa amparada en el artículo que regula las cesiones de futbolistas.
Si el Leganés cedía a Serantes a otro equipo, la norma le permitiría repescarlo en el mercado invernal y darle de alta aunque, inicialmente, hubiera tenido que darle de baja para cederle a ese otro equipo. El problema fue que a menos de 24 horas para el cierre de mercado, que fue cuando se planteó la diatriba de fichar a Amrabat, el Leganés (obvio) no tenía ‘novias’ a las que ceder a un Serantes que, para colmo, estaba aun en periodo de recuperación.
‘Cesión’ administrativa y reinscripción en enero
Así que la solución que se halló fue llegar a un pacto con el Cartagena, con el que los antiguos dueños del club, los Moreno – Pavón, tenían excelentes relaciones para que Serantes fuera cedido a su filial de Tercera y, de este modo, se regateara el problema. Así se hizo. La ficha de Serantes pasó a ser propiedad del Cartagena B (así figuraba en la Federación Murciana de Fútbol) aunque el portero de Barakaldo seguía recuperándose de su lesión en Madrid. Parte de su salario también lo cobraba a través del Cartagena.
Con su ‘cesión’ se liberó la ficha que ocupaba y que fue directamente para Amrabat. Este pacto temporal se mantuvo en secreto y se acabó de solucionar con la reapertura, de nuevo, del mercado invernal de 2018, cuando el Leganés dio salida a varios jugadores (Koné y Erik Morán), lo que permitió ‘refichar’ a Serantes, ‘repescado’ del Cartagena B para completar -ya en plenitud física- la portería pepinera.
Curiosamente al poco de comenzar el año nuevo, el Leganés se midió al Villarreal en Copa del Rey y lo hizo bajo sospecha de alineación indebida cuando utilizó a Enes Ünal, al que había cedido al Levante el verano anterior. Los pepineros, sin embargo, no denunciaron ninguna irregularidad porque precisamente el caso del ariete turco era el mismo que habían utilizado con Serantes para resolver el rompecabezas de un complejo mercado estival.
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