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SEVILLA

El caramelo ‘envenenado’ que dejó el Bayern al Sevilla

Tanguy Nianzou no fue el peor en Las Palmas, pero la afición le ha puesto el sambenito. Ya es el que más cobra de la plantilla nervionense.

Nianzou pugna con Álvaro en un Real Madrid-Sevilla.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Tanguy Nianzou no pareció, ni de lejos, el peor defensa del Sevilla en Las Palmas. Pero las iras se volvieron a cebar con él, sobre todo tras marcar el 1-1 en propia puerta. La jugada se ensució en la banda y, tras un centro peligrosísimo, Tanguy no tuvo muchas más opciones que intentar adelantarse a los delanteros canarios para acabar introduciendo el balón en la meta de su compañero Nyland. La fama le precede y la afición nervionense, en buena parte, volvió a lamentar el enésimo de los fichajes con apariencia ruinosa de estos últimos años de zozobra. Después de más de dos campañas en la plantilla, entre lesiones y malos partidos, Nianzou apunta a desastre deportivo y económico.

Y el Sevilla no tiene manera alguna de colocarlo por una gran razón: su jugoso sueldo. Nianzou se ha convertido en el futbolista que más gana de la actual plantilla nervionense. Entre sueldo y amortización de su traspaso, bastante más de 10 millones de euros cuesta ya cada temporada de un jugador con vinculación hasta 2027. Serán más de 30 millones los que todavía debe abonar el Sevilla por un futbolista que le traspasó, entonces sorprendentemente, un grande de Europa: el Bayern de Múnich. Los bávaros sonríen con una operación que les podría haber salido regular si Tanguy llega a explotar, pero...

En el Allianz Arena se quedaron con alrededor del 20 por ciento de los derechos económicos del francés y, además, una opción de recompra por 55 millones de euros que operará durante todos los años de contrato que le quedan en Nervión. Tanguy cumplió 22 el pasado mes de junio. El Sevilla se esperanza con que algún club se arriesgue a abonar buena parte del sueldo de Nianzou, aunque sea como cedido. Pero al mismo tiempo sabe que resultará algo casi quimérico. Por eso García Pimienta no tiene más remedio que contar con él.

Y así ha sido, de momento. El técnico catalán le colocó en el once por delante de Loïc Badé, que había llegado unos días tras disputar los Juegos Olímpicos y apunta a salir del Sevilla en este mercado veraniego si se concretan las negociaciones con el Stuttgart alemán o algún otro pretendiente.

La salida de Badé produciría una reacción en cadena para la defensa. Víctor Orta ya maneja en su agenda a varios centrales, algunos de ellos a préstamo, para reforzar una defensa que como ha ocurrido en los últimos tiempos, más por calidad que por cantidad, sigue causando muchos recelos en Nervión. La zaga causa además un problema económico muy importante: el brasileño Marcao, sin llegar a los números de Nianzou, también se ha convertido en una losa para las arcas sevillistas.

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