LAS PALMAS
El antepenúltimo que faltaba
Con el debut de Eric Curbelo en el Santiago Bernabéu sólo les quedan minutos por disputar de la plantilla profesional a Moleiro (lesionado) y Escandell (guardameta).
La vida profesional de Eric Curbelo ha ido girando poco a poco desde hace una temporada. El jugador satauteño comenzaba el pasado curso como pieza fija en el once de García Pimienta, gracias a su fiabilidad en el corte y sus características de solvente defensor de los espacios a la espalda de la zaga. Algo que pone los ojos como chiribitas cuando se anida mucho campo rival que en propio.
Sin embargo, al llegar abril, el uno fijo que era su titularidad fue girando a mayor incertidumbre. Su primera suplencia de 2023 fue el 3 de abril y a ella le siguieron otros tres encuentros en el banquillo —frente a Albacete, Oviedo y Granada—. Regresó al once en el crucial partido frente al Levante y a los 20 minutos tuvo que salir del campo lesionado. Ya no volvió a ser titular ni a jugar más salvo los últimos 6 minutos del partido más importante desde uno que se jugó un 21 de junio del año 2015.
Como acabó la vida pasada, empezó esta y con la competencia subiendo el nivel. Un Álex Suárez en estado de gracia, un Mika Mármol que queda como un guante hecho a medida y un Saúl Coco rebañando lo poco que se salga del plato de los dos primeros, a Curbelo no le tocaba otra que esperar una rendija por la que dejar su currículum en la mesa de García Pimienta.
La oportunidad le llegó en todo un Bernabéu y Curbelo regresó al once junto a Coco su compañero en el once en dieciséis encuentros durante la pasada temporada. No en vano fue el dueto de centrales más utilizado por García Pimienta en la 202/23 hasta en 22 ocasiones.
Se medía a un funcionarial Real Madrid que desarboló sin muchos problemas el plan de García Pimienta, “hemos corrido más que nunca detrás del balón” comentó el técnico catalán tras el encuentro. Y aún así Curbelo, quien apenas había disputado 24 minutos de partido oficial desde el 3 de abril pudo dejar algunos detalles de sus virtudes, de la oxidación propia del que lleva meses esperando su turno y de lo que carece.
Porque, independientemente del potencial, la moneda de su debut ofrece dos lados. En uno, un fallo en un pase obligó a Valles a intervenir de forma estelar o la altura que le falta no pudo cortar el centro de Rodrygo que Joselu mandaría al fondo de la red. Pero otro, Eric demostró confianza a la hora de sacar la pelota jugada aunque la capa de hielo por la que andaba fuera muy fina, dejó algunos cortes interesantes, marca de la casa. Nada mal para una hibernación tan larga.