El año más oscuro de De Jong
El neerlandés ha firmado su número más bajo de partidos y no ha dado ni una asistencia en todo curso. Con Koeman llegó a firmar siete goles y ocho pases decisivos. No ha mejorado con Xavi. Vuelve a sonar para salir.
Frenkie de Jong cerrará en blanco y de paisano su quinta temporada en el Barça. En el último Clásico (21 de abril), el neerlandés se lesionó en su tobillo derecho por tercera vez este curso. Se fue sentado en el carrito, aplaudido por el Bernabéu, y las pruebas desvelaron un esguince que le impedirá jugar hasta que empiece la Eurocopa. De Jong apenas ha jugado 30 partidos en toda la temporada, la cifra más baja de desde que llegó a Barcelona en el verano de 2019. Sus números, dos goles y cero asistencias, también han sido los peores desde que llegó rodeado de un halo de crack fruto de una gran temporada en la Champions con el Ajax. En una operación relámpago cerrada en Amsterdam en enero de 2019, seis meses antes de que aterrizase, Josep Maria Bartomeu se adelantó a Bayern, Manchester City y PSG. El Barça pagó 86 millones de euros por De Jong, que a día de hoy es uno de los jugadores que más cobran de la plantilla.
De Jong aterrizó en el Barça para volver a dar un salto de calidad a un centro del campo que había perdido a dos de sus tres maestros. Xavi se había marchado en 2015; e Iniesta, en 2018. Rakitic empezaba a perder cierto gas y el equipo, más allá de llegadores que habían llegado como Paulinho o Arturo Vidal, necesitaba dar un salto en el mediocentro. Arthur Melo había sido un fiasco y Coutinho, además de no rendir, no era un centrocampista puro. De Jong parecía la solución.
Después de una primera temporada de adaptación en la que sufrió los temblores de un club que despidió a Valverde, fracasó con Setién y se comió el burofax de Messi en plena pandemia, jugó su mejor temporada con el Barça en la campaña 2020-21. Ahí, Koeman encontró un centro del campo de nivel, con Busquets, Pedri y De Jong hablando el mismo lenguaje; y Messi aprovechándose de los tres. Fueron los meses más felices de Frenkie de Jong, que jugó una final de Copa memorable en Sevilla y cerró el curso con siete goles y ocho asistencias en 51 partidos. De Jong se presentó en la Eurocopa como uno de los mejores centrocampistas del continente y se sospechaba que, a sus 24 años, había terminado de explotar.
La llegada de Xavi, centrocampista con todos los secretos del libro de fútbol del Barça, parecía una oportunidad para que De Jong diese un nuevo salto. Sin embargo, eso no ha ocurrido. Para empezar, el técnico dudó de él cuando dejó caer después de un partido en Pamplona a su llegada. Osasuna le empató 2-2 al Barça a última hora y el técnico, que desde que había llegado insistía en que el Barça había perdido el modelo, dijo: “Era una cuestión de estar con balón en campo contrario, tener paciencia, gente con empaque para controlar el juego. No tenemos ese tipo de futbolistas”. Las declaraciones de Xavi, que obviamente no podían ir por chavales como Nico o Gavi que estaban empezando, sentaron como un tiro a De Jong. Meses después, trascendió que el club se lo quería quitar de encima y venderlo para generar fairplay. Hasta encontraron un sustituto para él, Carlos Soler, pero la operación no avanzó por la resistencia del holandés.
El verano de 2022 fue duro para De Jong, que se cerró en banda a salir mientras desde el club filtraban las cifras de su contrato e insinuaban que incluso podían denunciarlo. La grieta entre Laporta y el jugador se hizo insalvable. “No los veo cuando estoy en mi rutina diaria. Son el Barça porque lo dirigen, pero no tengo nada que ver con ellos. Los culpo porque son ellos los que querían venderme”, llegó a decir De Jong.
Las dos últimas temporadas del holandés, especialmente esta última, han resultado decepcionantes. El Barça ha vuelto a activar el ventilador sobre su alto salario y el jugador explotó en Nápoles, cuando pidió acudir expresamente a la sala de prensa y acusó a los periodistas de mentir. “Decís cosas que no son verdad; me da un poco de vergüenza. Que estoy cobrando 40 millones de euros…; es mucho humo”.
Pero más allá de sus declaraciones, De Jong no se ha convertido en el líder que el Barça necesitaba con el adiós de Busquets. Xavi no le ha encontrado una posición ideal. Tampoco le ha mejorado como jugador. Al neerlandés también le ha faltado carácter. Se ha estancado de manera evidente y ha pasado casi de puntillas con el equipo. Su fútbol denota cierta falta de personalidad y liderazgo. Nada que ver, por ejemplo, con lo que ha demostrado, a sus 33 años, Gündogan. De Jong no ha agarrado los partidos por la pechera. Siempre da la sensación de tener mucho más fútbol en sus piernas, pero nunca sale. Su temporada ha sido oscura. Este domingo, se le vio pelotear con su pareja sobre el césped del Lluís Companys y hacerse algunas fotos de recuerdo que muchos interpretaron como una despedida. De Jong, sin embargo, dijo el día de su enfado en Nápoles que se veía ocho o diez años más en el Barça. Veremos qué ocurre.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.