El año de Iñigo Pérez
El entrenador del Rayo cierra 2025 asentado en la élite y con pretendientes fuera de Vallecas, después de su buen hacer en Liga y en Conference.
Vallecas nunca olvidará este 2025. Un año para la historia, marcado por el regreso del Rayo a Europa, cuarto de siglo después. Su míster, Iñigo Pérez (Pamplona, 1988), es el gran culpable del éxito de los franjirrojos, que igualaron su mejor clasificación de la historia, con un octavo puesto que les permitía jugar la fase previa de la Conference. Aquel 24 de mayo, instantes antes de la invasión de campo, el técnico lo celebró abrazándose a Trejo y con unos jugadores que siempre han creído en él.
A pesar de su juventud, Iñigo tiene las ideas claras y ha hecho que el grupo crea en ellas. Eso ha convertido al Rayo en un equipo de autor. Uno de los más reconocibles de la categoría. La presión, la velocidad, la verticalidad... han construido una personalidad propia. A la imagen y semejanza de un entrenador exigente, que ha sacado la mejor versión de futbolistas como De Frutos, quien ha terminado debutando con la Selección.
La gran labor de Iñigo no pasó inadvertida y su nombre se barajó el pasado verano para equipos como Osasuna. Incluso le tentaron desde la Premier, donde triunfa su amigo y mentor, Andoni Iraola, con quien empezó como segundo. Sin embargo, Iñigo quiso seguir al timón del Santa Inés en la aventura europea. Su apuesta no le ha ido nada mal.
“Tengo carácter, no soy San Iñigo”
Iñigo Pérez.
Su Rayo cerrará 2025 en la decimoquinta posición liguera, tres puntos por encima del descenso y con valiosos empates contra Barça, Real Madrid y Betis. Además, los franjirrojos se han clasificado directamente para los octavos de la Conference con cuatro victorias, un empate y una derrota. “Al equipo le pondría un 9 en Europa”, admitía. Y sigue vivo en Copa. El 6 de enero se enfrentará al Granada en los dieciseisavos. Todo un logro para uno de los clubes más humildes de la categoría.
Para el técnico están siendo claves las rotaciones, intentando repartir minutos y que todos los integrantes de la plantilla se sientan importantes, aunque ha pedido algún efectivo más para afrontar con tranquilidad este segundo tramo de la temporada. El objetivo principal sigue siendo la permanencia, pero la afición sueña con la final de la Conference en Leipzig. Y el vestuario, también.
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La hinchada reconoce el trabajo de Iñigo y demostró estar de su parte cuando no alineó a James y De Tomás, valorando incluso cómo sofocó el incendio de su rifirrafe con Balliu tras un cambio. “Tengo carácter, no soy San Iñigo”, reconocía, pero él ha hecho milagros. Para muchos, el verdadero milagro será que siga en el banquillo vallecano con tantos y tantos pretendientes, porque son muchos los que ya han preguntado por él. Y es que en 2025 ha pasado de revelación a consagración.
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