El algodón de Míchel
Montilivi prueba la fiabilidad del Barça de Flick, que llega líder a Girona, donde le espera uno de los técnicos de moda en Europa. Lamine, Olmo, Raphinha, Ferran o ‘Lewy’, en racha.
El nuevo Barça de Flick, con un estreno liguero rutilante que ha sorprendido a todos, cuatro victorias en cuatro partidos, pasa la prueba del algodón del Girona de Míchel (sigue el partido en directo en AS.com), que la temporada pasada se llevó por delante a Xavi con dos festivales de fútbol que provocaron que a Laporta se lo llevaran los demonios y decidiese coger por la calle de en medio e hiciese volar por los aires la famosa noche del sushi, en la que se había decidido la continuidad del técnico.
Girona es un cóctel de emociones futboleras estos días. Después del Barça, viajará a París para estrenarse como equipo Champions por primera vez en su historia en una de las ciudades con más glamour de Europa. Es difícil contener tanta emotividad, pero Míchel no quiere que sus jugadores se salgan del carril. Después de un inicio difícil que animó a los agoreros a predecir una temporada negra, el Girona se ha puesto en marcha con victorias y buen fútbol. Pesa el adiós de jugadores que lo impulsaron a la gloria el pasado curso (Savinho, Dobvyk, Yan Couto, Aleix García), pero el club ha hecho una inversión de 40 millones y se ha reforzado con futbolistas de alto nivel: Danjuma, Abel, Miovski, Bryan Gil, Asprilla, Krejci, Francés, Oriol Romeu, Van de Beek… Un equipo nuevo. Otro desafío para Míchel, que si pasa la reválida de este curso va a ser una pieza codiciada para los banquillos más grandes.
En el del Barça ahora está Hansi Flick, cuya naturalidad ha calzado bien en un club que vive en la última década al borde de un ataque de nervios. Sin estridencias, y sin meterse en las intrigas palaciegas del venenoso entorno, ha preparado a conciencia físicamente al equipo en verano y le ha dado normalidad táctica. El Barça ha pasado de la saturación conceptual (ocho contra seis, tercer hombre, cuadrado, base de la jugada) al fútbol mundano. Recuperar, dar, mover. De momento ha funcionado, pero esta semana llegan las primeras curvas: Girona, Mónaco y Villarreal van a examinar consecutivamente las mejoras de un equipo que ha empezado a todo trapo. Raphinha, con las luces encendidas; las musas visitando a Pedri y Lamine; Lewandowski (y Ferran en la Selección) recuperando feeling con el gol. La guinda ha sido Dani Olmo, el fanático de la NBA que se toca el reloj cuando marca: el Dani time. El Barça cree que ha llegado su momento; y el Girona, que es tiempo de alargar sus días de vino y rosas. Dos equipos hambrientos, muchos reencuentros. Tarde grande en Montilivi.
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