El acorazado Ancelotti
La obra en la sombra del italiano: sólo nueve goles en contra en 15 jornadas y sin Courtois ni Militao. Desde el Clásico, apenas encajó en Liga el 5-1 al Valencia. Blindados.
A Carlo Ancelotti se le nota el pasaporte italiano en su manera de pronunciar algunos nombres (‘Javi’ cuando menta a Xavi o su ya popular ‘Vinichus’) y en que nunca pierde de vista una máxima muy popular en el país transalpino: dejando tu portería a cero se vive mejor. En el caso de Carletto, como líder de la Liga.
El cero en el marcador del Granada fue una nueva pincelada dentro de una filosofía ancelottiana tiene un precepto claro. “Si no encajamos gol hay muchas probabilidades de que ganemos”. Lo ha dicho en varias ocasiones y enfatizando sus palabras desde la pretemporada. Incluso antes. Fue una de las consignas que se extrajo del éxito del Barça de Xavi en la pasada Liga 2022-23. Un cerrojazo con Ter Stegen agigantado.
Ancelotti está rizando el rizo, porque está logrando algo con visos de ser similar pero sin sus número uno en la portería y en el corazón de la zaga. Las rodillas de Courtois y Militao les apearon a las primeras de cambio y Carletto ha reestructurado y vuelto a reestucturar el sistema de engranajes para hacer inexpugnable al equipo. Lo ha conseguido por la vía más ardua posible, con dos porteros diferentes (Kepa, siete tantos recibidos en diez jornadas y Lunin, dos goles en cinco encuentros ligueros) y una defensa en la que tampoco ha podido establecer un patrón fijo por diversas causas.
Si acaso, la presencia perenne de Rüdiger (1.570′, el que más esta campaña). Por demás, las lesiones de Alaba y Mendy y la sanción de Nacho obligaron a su entrenador a hacer malabares con platillos girando, como aquel recurso desesperado con Tchouameni de central preparando con realidad virtual el 4-0 a Osasuna. Otra portería blanca inmaculada. Y Ancelotti, feliz.
Lunin, con el precinto
Lunin ni se manchó este sábado los guantes, que sólo le sirvieron para que los dedos no se le congelasen con el frío madrileño. Ni un disparo del Granada, aunque estuvieran delante una de las sensaciones del campeonato como es Bryan Zaragoza o el veneno albanés de Uzuni (cinco tantos este curso y 23 el pasado en Segunda). Contra el Rayo, le pasó lo mismo a Kepa. Sin premio del triunfo, pero sin amargura por una derrota (0-0). “Hay un compromiso colectivo que nos permite defender bien y tener estas porterías a cero”, afianzó este sábado Ancelotti. Desde el 1-2 en Montjuïc en el Clásico, el equipo blanco sólo encajó en Liga el intrascendente gol del Valencia en el 5-1 a los ché. Un Madrid con la piel de adamantium es un Madrid, lo sabe Carletto, muy peligroso.
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