Eduard Romeu: adiós al ideólogo de las palancas

Eduard Romeu (Barcelona, 1968) es un barcelonista de cuna. Socio 28.514 de la entidad, de joven soñó con algún día ser presidente del club de sus amores. Todavía está a tiempo pero, a día de hoy, puede presumir de haber sido vicepresidente económico en uno de los momentos más complicados en la historia de la entidad, al borde de la ruina.

Licenciado en económicas, trabajó en el sector bancario antes de incorporarse a Audax, una empresa de energías renovables propiedad de José Elías. Fue precisamente cuando ocupaba el cargo de vicepresidente en esta compañía cuando se empezó a fraguar su sueño de entrar en el FC Barcelona. Elías se comprometió con Romeu a que lo ayudaría a ser presidente si lograba que la empresa llegase a los 1.000 millones de euros de facturación. Y lo hizo hasta el punto que los dos estuvieron hablando y negociando para entrar en alguna de las precandidaturas que se presentaron en las elecciones.

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En esos comicios, Joan Laporta llevaba a Jaume Giró de vicepresidente económico pero el que luego fue Conseller de Economía de la Generalitat de Catalunya renunció a ser directivo durante las negociaciones para conseguir el aval. Con la soga al cuello, Laporta recordó el ofrecimiento de Elías y Romeu, que acabaron entrando en el club avalando. El primero, en la comisión del Espai Barça y el segundo como vicepresidente económico. Cumplía su sueño pero le esperaba la tarea titánica de salvar al FC Barcelona de la ruina.

Eduard Romeu fue decisivo para lograr el primer crédito de casi 600 millones de euros con Goldman Sachs para que el club azulgrana pudiese seguir funcionando en el día a día, para reorganizar la deuda y pasarla del corto al largo plazo y más adelante también fue muy importante para conseguir la financiación del Espai Barça (1.500 millones). También fue el ideólogo de las famosas palancas, es decir, la venta de una parte minoritaria de algunos activos del club para poder seguir invirtiendo en el proyecto deportivo.

La salida de Audax lo complica todo

Mientras trabajó en Audax, su dedicación al FC Barcelona fue casi completa. “Solo salía del club para ducharme”, ha reconocido. Tenía un pacto con José Elías para que así fuera. Pero Romeu abandonó la empresa y todo se complicó. En un primer momento, pudo seguir dedicando todo su tiempo al Barça pero tarde o temprano debía volver a trabajar “para pagar la hipoteca” y ahora ha empezado un nuevo proyecto empresarial en el sector de la consultoría médica que requiere todo su tiempo y energía, además de recuperar el aval bancario.

Su relación con Joan Laporta es muy buena y también con sus compañeros de junta. Muchos de ellos quisieron estar en su acto de despedida. Pero también es cierto que tuvo alguna pequeña discrepancia. Romeu le pidió al presidente Laporta que lo dejara ejercer también de director general (CEO) porque entendía que la cara visible en la parcela económica era la suya y quien daba las explicaciones ante los socios y los medios era él, así que le correspondía esta función. Función que ocupa actualmente el tesorero, Ferran Olivé. Pero Laporta no quiso atender su petición.

Romeu se marcha del club con los deberes prácticamente hechos. Como siempre le ha gustado decir, consiguió llevar el paciente (el Barça) de casi a la morgue a la UCI y tenerlo ahora en planta. Se marcó como reto dejar de perder los 200 millones de forma ordinaria y pese a que todavía no se ha logrado, en el club son optimistas en este aspecto. El presupuesto que elaboró para esta temporada debe dar beneficios ya sin las palancas y Romeu cree que se podrá lograr tomando todavía algunas decisiones “complejas” y ya sin él al frente de la economía del club.